Caso Abierto - Levante-EMV

Caso Abierto - Levante-EMV

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Operación policial

Narcos chinos crean drogas sintéticas variando moléculas para sortear el control policial

La Policía Nacional y Aduanas detienen a dos hombres en Valencia que fabricaban los estupefacientes con los compuestos recibidos desde China

Ni cannabis, ni heroína, ni cocaína. El negocio reside ahora en sustancias de laboratorio que imitan los efectos de las drogas tradicionales pero en cuya composición se alteran las moléculas necesarias para que el nuevo compuesto no figure en el listado internacional de sustancias prohibidas. Y los reyes de la copia, también en esto, están siendo los chinos: laboratorios clandestinos en el gigante asiático llevan años fabricando drogas de síntesis que la comunidad internacional ha ido prohibiendo a golpe de incautación y de molécula corregida.

El último caso ha sido detectado en Valencia, donde una red letona había instalado su particular laboratorio industrial, lo que les ha permitido inundar el mercado europeo con 5.000 kilos de drogas sintéticas en los últimos tres años.

De momento, hay dos hombres detenidos, ambos de nacionalidad letona, pero están en libertad a la espera de que Sanidad determine si los últimos 470 kilos de compuestos químicos que les han sido intervenidos en siete trasteros desperdigados por Valencia son o no una droga prohibida.

Según la información facilitada ayer por la Policía Nacional y Aduanas, que han trabajado conjuntamente en este caso, la investigación fue abierta a principios de este año, tras detectar una organización que actuaba desde Letonia. La complejidad operativa de este grupo ha puesto las cosas muy difíciles a la Udyco de Valencia y a los agentes de Vigilancia Aduanera, que han necesitado casi un año para reunir las pruebas necesarias contra la trama.

Así, la red puso en marcha una empresa con domicilio fiscal en Letonia desde las que compraban por internet en China las distintas sustancias psicotrópicas de cuya unión saldrían más tarde la cocaína, el cannabis o la heroína sintéticas. En esos envíos embrionarios, nadie podía intervenir porque los cargamentos contenían productos químicos absolutamente legales. Sólo una vez mezclados entre sí en la adecuada proporción podían empezar a ser consideradas estupefacientes.

La empresa letona importaba esas sustancias en apariencia a Madrid y Málaga, pero tampoco esto era cierto, ya que desde esos dos puntos eran reenviadas a Valencia mediante firmas de mensajería. Los miembros del grupo viajaban entonces a Valencia y, con documentación falsificada, alquilaban trasteros, tanto en el cap i casal, como en municipios próximos. Una vez allí, fabricaban las drogas sintéticas siguiendo las instrucciones recibidas, al parecer, desde los propios laboratorios de China.

Sin conocimientos de química

De hecho, ninguno de los detenidos tiene conocimientos de química suficientes como para crear las drogas, sino que mezclaban los distintos productos químicos siguiendo las proporciones indicadas, como si de montar un mueble se tratase. Una vez fabricado cada compuesto, lo empaquetaban y realizaban envíos postales o por mensajería a distintos países europeos. De momento, hay constancia de que vendieron en Bélgica, República Checa, Holanda, Polonia y Grecia. Los paquetes eran siempre de entre 600 gramos y un kilo, y los declaraban como productos de cosmética. Hasta imitaban los envases.

La última fase de la investigación se desencadenó tras la incautación en Málaga de uno de esos paquetes, que contenía 76 kilos de productos químicos. Tras seguir a los dos sospechosos, los agentes comprobaron que iban a los trasteros, de donde salieron para realizar 32 envíos en un sólo día. Una vez interceptados esos paquetes, los investigadores constataron que contenían anfetaminas y cannabis sintético, así que detuvieron a los sospechosos.

A partir de ahí, registraron siete trasteros en los que intervinieron 470 kilos de productos químicos importados desde China que aún están siendo analizados por Sanidad para determinar si son o no susceptibles de ser consideradas sustancias estupefacientes.

Compartir el artículo

stats