La Policía Nacional ha detenido en Valencia a dos hermanos de 45 y 53 años de edad y a la mujer del primero, de 42, acusados de intentar matar al dueño de un bar, a un cliente y a varios de sus familiares porque al primero le negaron el cigarro que les pidió.

Los hechos sucedieron poco antes de las once de la noche del jueves, en la terraza de un bar de la plaza Tossal del Rey, en el distrito de Trànsits, cuando uno de los detenidos, Ramón G. D., de 45 años, pidió un cigarro a un cliente que estaba sentado en una mesa. El hombre se lo negó y, tras una breve discusión que llegó a las manos, la mujer, Trinidad M. J., de 42 años, sacó un cuchillo y le dijo: «¡Mátalos! ¡Mátalos a los dos!».

Lo explica el dueño del bar, que aún no ha superado «el susto». El hombre relata que tuvo «el tiempo justo de esquivar el cuchillo haciendo un movimiento hacia atrás. Me lo lanzó al corazón y no me lo clavó de milagro». De hecho, tiene dos heridas, uno en el hombro y otro en el pecho, a la altura del corazón, que lo atestiguan. Ante los gritos, varios personas llamaron a la policía y acudieron en ayuda de las dos víctimas, lo que puso inicialmente en fuga a los agresores.

«Se fueron amenazando con que iban a volver con sus parientes», explica el dueño del bar. Y no mintieron. Al cabo de unos «15 minutos, y cuando estaba la policía dentro del bar, volvieron con el hermano del primero, una barra de hierro y otro cuchillo más, muy grande, de 20 centímetros de hoja», detalla la víctima.

Escondidos tras un contenedor

Al parecer, mientras unos agentes se entrevistaban con las víctimas dentro del bar y otros daban una batida por las calles próximas en busca de los agresores, éstos permanecían escondidos detrás de un contenedor, cerca del establecimiento, esperando para atacar de nuevo a sus víctimas.

«Afortunadamente, los vio la mujer de mi cliente, que avisó a la hermana de éste, porque les escuchó decir: "Espera aquí, que el payo tiene que pasar por aquí para ir a su casa". Está claro que querían matarnos», agrega el herido.

Al verse descubiertos, salieron corriendo tras la muchedumbre «intentado acuchillar a unos y a otros». Varias personas huyeron despavoridas hacia el bar, en busca de los dos agentes que permanecían en el interior. Al parecer, uno de ellos vio la estampida y pidió refuerzos. En ese momento, llegaron a la carrera, enarbolando los cuchillos y la barra de hierro -de 60 centímetros de longitud-. Pese a toparse con los agentes, los tres presuntos agresores ni siquiera se amilanaron. «Incluso se pusieron chulos y se enfrentaron a los policías, que tuvieron que sacar sus armas. Hasta que no vieron las pistolas, no bajaron los cuchillos y la barra», relata otro testigo de los hechos.

Orden de alejamiento

Los policías tuvieron que emplearse a fondo para reducirlos y esposarlos. A continuación, fueron trasladados a los calabozos del complejo policial de Zapadores, donde permanecen, acusados de sendos delitos de homicidio en grado de tentativa. Al parecer, la mujer ya estaba siendo buscada por un atraco.

El herido, que ayer tuvo que ser atendido de nuevo en el Hospital La Fe, ya le ha pedido a los agentes de la comisaría de Trànsits, encargados de la investigación, que «el juez les ponga una orden de alejamiento».

Ahora mismo se siente «tranquilo, porque sé que están detenidos», pero teme que el incidente «no acabe aquí. Si se enfrentaron como lo hicieron a la policía, amenazándoles con los cuchillos, ¿por qué no iban a volver por aquí?», se pregunta. Los tres pasarán esta mañana a disposición del juez de guardia de Valencia, que deberá decidir si los deja en libertad provisional o los envía a prisión.