Empezó como una noche familiar de comida rápida comprada en una hamburguesería de Valencia y terminó con cuatro familiares en el hospital 9 d'Octubre con una fuerte intoxicación alimentaria. Las víctimas han sido un niño de trece años, que pasó cuatro noches ingresado, y su hermana de once años, que pasó tres noches. El padre de ambos y una sobrina también tuvieron que ser atendidos en el hospital pocas horas después de la cena que causó la intoxicación. El hecho ha sido denunciado ante la policía.

El parte médico refleja el «cuadro de vómitos incoercibles y diarrea líquida» de aparición súbita que presentaban los chicos en el momento del ingreso hospitalario. Tras el correspondiente análisis de cultivo apareció la bacteria «S. aureus» como causante de este tremendo malestar.

La madre de los niños explica que el dolor abdominal, la náusea y la violencia de vómitos y diarrea eran fuera de lo común. Todos comieron la misma comida de la hamburguesería. Las únicas personas presentes en el hogar que no sufrieron los síntomas fueron la madre y su otro hijo de tres años, que no ingirieron comida del establecimiento, y el abuelo, quien consumió otro tipo de carne.

Además de interponer denuncia en una comisaría, la reclamante ha puesto una reclamación en el establecimiento, situado en la periferia de la ciudad de Valencia. En esta hoja, la empresa responsable replica que «las medidas preventivas del restaurante son tomar la temperatura a todos los productos» y revisar la «calidad y seguridad alimentaria». Los alimentos, alega la empresa, no marcaban «ninguna pauta de intoxicación» y añaden que no han recibido ninguna otra notificación de intoxicación alimentaria.

La denunciante critica, precisamente, que ante la advertencia al establecimiento de que podrían haber más hamburguesas en mal estado y podrían estar intoxicando a más personas, no observó la adopción de ninguna medida ni tampoco la voluntad de emprender una acción firme al respecto.

En su declaración a la Policía, la denunciante denuncia que mientras estuvo en el interior de ese establecimiento pudo observar que ninguno de los empleados que estaban manipulando alimentos llevaban puestos guantes ni ninguna prenda para proteger los alimentos de contaminaciones.