Prefiere no dar su nombre, pero aporta toda la documentación del caso: informe médico, denuncia policial, hoja de reclamaciones y, especialmente, la valoración de lo sucedido ahora que sus hijos se recuperan en casa de una intoxicación grave. «Fue horroroso; una pesadilla. Y lo pero es que puede ocurrirle a más niños sin que nadie lo denuncie ni se adopten medidas. Te escuchan pero no hacen absolutamente nada», señala. Los afectados ingresaron en el hospital en la madrugada del 29 de diciembre.