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Sentencia

Condenan a 57 años de cárcel a la pareja que asesinó y quemó a Rosana Hervás

La sentencia no aclara si la víctima, una picasentina de 32 años, estaba viva cuando le prendieron fuego con pastillas de barbacoa, ni si murió asfixiada o por las lesiones por arma blanca en el maletero del coche

Condenan a 57 años de cárcel a la pareja que asesinó y quemó a Rosana Hervás

La Audiencia Provincial de Valencia ha condenado a 57 años de prisión a la pareja de novios que secuestró y asesinó a Rosana Hervás en junio de 2013 con la intención de robarle. Su plan incluía terminar con su vida para asegurarse que «no fueran identificados y denunciados posteriormente» por su víctima, según recoge la sentencia. No obstante, aunque considera a los dos acusados autores de los delitos de detención ilegal, robo con violencia y asesinato, en el relato de hechos probados por la Sección Cuarta no se aclara finalmente las circunstancias exactas en las que se produjo la muerte de la joven, de 32 años y vecina de Picassent.

Hasta tres posibilidades recoge la sentencia sobre cómo mataron a Rosana, dejando incluso la puerta abierta a que ésta muriera en el maletero del vehículo cuando era trasladada a una fábrica abandonada, situada entre Llíria y Pedralba, circunstancia que podría ser aprovechada por las defensas de los ahora condenados para recurrir el fallo.

Así, aunque en su relato de hechos detalla que ambos procesados sacaron del maletero a su víctima, que iba atada de pies y manos y amordazada, «imposibilitándole toda defensa o posibilidad de huida», y que la llevaron entre los dos al interior de la fábrica, «donde la asfixiaron de forma intencionada y la quemaron prendiéndole fuego con una pastilla de barbacoa», del mismo modo la sala indica que «no se ha podido descartar que el fallecimiento de la víctima se produjera en el vehículo por asfixia o bien por las lesiones por arma blanca (en un dedo y el antebrazo derecho)». E incluso tampoco concreta si la joven estaba viva o muerta cuando le prendieron fuego.

Aunque lo que no genera ningún tipo de dudas a los magistrados es la autoría de los dos acusados. «Las pruebas incriminatorias de ambos procesados son abrumadoras y objetivamente acreditadas por datos irrefutables». Ambos reconocieron en el juicio el plan para robarle y se incriminaron mutuamente, aunque con versiones contradictorias respecto del momento en el que se produjo la muerte. Además, la Guardia Civil les intervino las tarjetas de crédito de su víctima, así como su teléfono móvil y prendas manchadas con la sangre de la fallecida. Ángel M. G. incluso fue captado por las cámaras de seguridad de un supermercado y una gasolinera usando la tarjeta de crédito que le habían robado a Rosana antes de matarla.

Un amigo de la fallecida

Ambos acusados elaboraron un macabro plan «con la intención de obtener un beneficio patrimonial ilícito». Ángel M., quien conocía a Rosana desde hacía siete años, aprovechó su amistad para concertar con ella una cita con «el pretexto de devolverle un dinero que le había prestado». Así, en la tarde del 30 de junio de 2013 quedó con ella cerca del MN4 de Alfafar. En el interior del maletero iba escondida la otra acusada, para fingir un supuesto robo en el momento en el que Ángel se alejara del vehículo. Además portaban «un cuchillo, cinta americana, guantes de látex, bridas, una braga, pastillas de barbacoa y una botella de Repsol».

Una vez muerta, Ángel envió a sus padres un mensaje desde el teléfono de Rosana diciendo que se quedaba a dormir en casa de una amiga. La Audiencia le ha impuesto a él una pena de 31 años de prisión y a la coautora 26 por el atenuante de confesión.

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