Once años después de que un hombre fuera encontrado cosido a cuchilladas en su domicilio de Alfafar, la presunta autora del crimen, una mujer de nacionalidad brasileña que ejercía la prostitución en aquellas fechas, ha podido ser arrestada en Portugal y puesta a disposición de la Justicia española para ser juzgada. Los investigadores del grupo de Homicidios de la Guardia Civil la tenían perfectamente identificada apenas unos días después del hallazgo del cadáver pero la sospechosa huyó al extranjero nada más perpetrar su crimen y se le perdió el rastro hasta que hace un año fue localizada en Francia y se estrechó el cerco sobre ella.

La víctima, Ángel H. M., de 49 años y encargado de un conocido restaurante de Catarroja, fue asesinado el domingo 18 de diciembre de 2005 en su piso de la calle Ramón Alacreu Navarro de Alfafar. Su hermana y un sobrino encontraron su cadáver un día después en la cocina de la vivienda sobre un gran charco de sangre, y junto a éste el arma homicida, un cuchillo de grandes dimensiones. El hombre, que estaba semidesnudo, tenía cortes y cuchilladas por todo el cuerpo, hasta 16 heridas por arma blanca determinó la autopsia, tres de ellas mortales de necesidad.

Un día antes de que los familiares hallaran su cadáver la hermana del fallecido acudió a la vivienda de buena mañana para llevarle churros para desayunar. En ese momento Ángel todavía estaba vivo y le recibió en la puerta sin mostrarle mucho interés. Según declararía posteriormente ante la Guardia Civil, le pareció que su hermano estaba acompañado de una mujer, aunque no logró verla. Esa misma mañana varios vecinos aseguran haber escuchado ruidos y golpes en el inmueble. A esa misma hora situan los forenses la franja horaria en la que se habría producido la muerte.

Llamó desde el móvil de su víctima

Tras varias indagaciones los investigadores averiguaron que el fallecido había estado la noche del viernes al sábado en una discoteca de la capital del Túria. Trabajadores del local afirmaron haberlo visto bailar con dos chicas, al parecer unas prostitutas brasileñas, que solían ir por allí a la espera del cierre para captar a clientes. Aunque en un primer momento se barajó que ambas acompañaran a Ángel a su domicilio de Alfafar, finalmente los testimonios recabados por la Guardia Civil confirmaron que solo una de ellas llegó a irse con él.

Asimismo, los vestigios hallados en la escena del crimen así como una llamada de teléfono realizada por la presunta asesina a una amiga desde el teléfono móvil del propio fallecido permitieron identificar a esta mujer, V. D. L. F..

Un juzgado de Catarroja dictó una orden de búsqueda y detención contra la sospechosa por una causa de homicidio, hasta que el pasado mes de noviembre las autoridades portuguesas la arrestaron en un control rutinario en Lisboa. La acusada fue trasladada a una prisión de Badajoz y de ahí remitida hace unos días al Centro Penitenciario de Picassent, donde permanece presa a la espera de juicio.