La pequeña de casi tres años de edad que desde ayer lucha por salvar su vida en la UCI del hospital La Fe tras la agresión perpetrada por su padre con un cuchillo en Benifaió es hija del detenido ayer por apuñalarla y de Sara Majarenas Ibarreta, miembro del comando Levante de ETA detenida en Valencia en febrero de 2005 cuando planeaba, entre otros ataques, un atentado contra Rita Barberá. Junto a Mikel Orbegozo Etxarri, su entonces pareja sentimental, contaba con un arsenal formado por dos pistolas, más de veinte cartuchos de dinamita y una bomba lapa lista para ser usada. Fueron detenidos cuando salían de una céntrica pensión, a pocos metros del Ayuntamiento de Valencia.

Majarenas fue capturada apenas unas pocas horas después de llegar al hostal, donde se inscribió bajo una identidad falsa: la de Ana Aznar. Cuando la Policía comprobó los nombres de los huéspedes del establecimiento, sospechó enseguida de ella y regresó de madrugada a la pensión para sorprenderla en pleno sueño. Así fue: los agentes entraron en la habitación y la capturaron a ella, que intentó hacerse pasar por guardia civil valiéndose de una placa falsa, y a su entonces pareja sentimental: Mikel Orbegozo, quien no había facilitado su identidad dado que estaba fichado por un ataque perpetrado el 26 de septiembre de 1998 contra la sede del Partido Socialista de Euskadi en el barrio donostiarra de Alza.

Tras su arresto, los investigadores se incautaron de 25 cartuchos de 100 gramos de titadine cada uno, 350 gramos de dinamita, una bomba lapa, un kit para montar dicha bomba, cuatro detonadores, un cordón detonante, una pistola Sig Sauer 9 milímetros y una Browing que se le confiscó a Orbegozo cuando éste intentó escapar aduciendo que tenía la documentación en el coche. Fue detenido a unos 200 metros de la pensión.

Los etarras habían llegado horas antes al hostal, situado en el pasaje que une la calle de la Sangre con la de En Llop y donde pidieron una habitación con vistas al ayuntamiento. Esa misma tarde salieron y tomaron un autobús público con destino a la periferia de la urbe. Todo hace pensar que se trató de un vehículo de la línea 71 de la EMT, que entonces unía el centro de la ciudad con Mislata.

Las principales hipótesis de los investigadores hablaban entonces de que los principales objetivos de ambos terroristas eran la comisaría de Mislata y un teniente coronel médico del antiguo Hospital Militar. Tanto las dependencias policiales como la vivienda del facultativo están situadas a escasos metros de la parada de autobús de esa línea. El ataque se iba a producir horas después de la detención mediante una bomba lapa. No obstante, los etarras también portaban un listado con 200 nombres de posibles objetivos. Entre ellos estaba, entre otros, la entonces alcaldesa de Valencia: Rita Barberá.

En 2007, Majarenas, que no tenía antecedentes policiales hasta que fue detenida en 2005 en Valencia, vio cómo la Audiencia Nacional rebajaba las condenas solicitadas por la Fiscalía, con lo que su fecha de salida de prisión iba a producirse este año. La mujer había nacido en 1980 en San Sebastián y durante el curso 2001-2002 se trasladó a Zaragoza, en cuya Facultad de Ciencias de la Salud estuvo matriculada en la rama de Fisioterapia. Ese año realizó prácticas en la Mutua de Accidentes de Zaragoza. En 2003 huyó a Francia y se convirtió en miembro liberado de una comando itinerante.

En 2007 fue condenada a 13 años de prisión. Desde que nació su hija, Majarenas ha vivido con ella en cuatro cárceles distintas: la prisión de Villahierro (León), las de Soto del Real y Aranjuez (Madrid) y la de Picassent. Madre e hija han convivido en módulos especiales en cada una de las instalaciones, junto a otras presas con hijos pequeños.

Según marcan los protocolos penitenciarios, las hijas de internas pueden vivir junto a sus progenitoras hasta los tres años de edad y salir durante los fines de semana para estar con un familiar cercano. Ha sido en uno de esos intervalos cuando ha ocurrido el ataque perpetrado por el padre.

De hecho, solamente quedaban dos meses para que la niña tuviera que abandonar la prisión, ya que marzo cumple los tres años.

La Guardia Civil investiga el móvil

De momento, se desconoce qué llevó a S. M. a acuchillar en al menos dos ocasiones a su hija, por lo que la Guardia Civil tiene previsto tomar declaración en la cárcel a Sara, con el fin de establecer el móvil del brutal ataque y confirmar si tiene alguna relación con el hecho de que en dos meses el padre debía hacerse definitivamente cargo de la niña, al menos hasta que su madre lograse la excarcelación, algo que debería suceder en los próximos meses.

Nada más conocer la agresión, la dirección de la prisión de Picassent ha decidido aplicar a la reclusa las medidas contempladas en el protocolo de prevención de suicidios. Por ahora, Majarenas no ha solicitado ningún permiso penitenciario para visitar a su hija en el hospital, aunque no se descarta que lo haga en las próximas horas.