José Rubén O., el preso que compartió celda con Antonio Ojeda en las prisiones gaditanas de Puerto de Santa María y Algeciras, volvió a prestar declaración este viernes a través de videoconferencia ante el Juzgado de Primera Instancia número 2 de San Bartolomé de Tirajana en relación con la instrucción judicial por la desaparición del niño Yéremi VargasEn la declaración, que hubo de ser repetida por un defecto de forma durante su primera comparecencia, el testigo ha confirmado ante el juez los principales extremos de sus anteriores testimonios, según los cuales Ojeda habría admitido tener un grado de conocimiento sobre el suceso mucho mayor al que ha reconocido nunca ante la Guardia Civil o los jueces, aunque sin llegar a admitir su responsabilidad directa en la desaparición.

Su declaración contrasta con la ofrecida en diciembre ante el magistrado por otro preso, el compañero de celda del acusado en el centro penitenciario de Juan Grande, según el cual el también conocido como Juan 'el Rubio' le habría confesado su autoría en los hechos.

Con anterioridad a su comparecencia de este viernes y a la primera, que tuvo lugar el año pasado, el testigo había dado su primer testimonio ante la Guardia Civil a finales del mes de mayo. A los agentes que investigaron la desaparición de Yéremi les explicó que Ojeda le había ofrecido dos versiones contrapuestas sobre su implicación en el caso. En la primera de ellas, el investigado habría asegurado haber visto cómo, el día que se perdió el rastro del pequeño, "una mujer de pelo moreno tiraba del brazo del niño, el cual estaba llorando", y después lo introdujo en un Seat Toledo de color blanco que era conducido por un hombre.

Explicaciones opuestas

Ojeda ya había ofrecido esta versión en declaraciones anteriores. El tres de septiembre de 2007, casi seis meses después de la desaparición de Yéremi, el investigado declaró de forma voluntaria ante la Guardia Civil para afirmar no sólo que había visto cómo la mujer introducía al pequeño en el Seat Toledo el sábado en el que ocurrieron los hechos, sino que días después se encontró con el mismo vehículo en una recuperadora de metales ubicada en el cercano polígono industrial de Arinaga. Los agentes de la Benemérita comprobaron esta línea de investigación, aunque la descartaron al comprobar que el automóvil al que había hecho referencia Ojeda era conducido habitualmente por un empleado civil del Ministerio de Defensa que no tenía acceso al mismo los fines de semana.

Tras conocer el primer relato de los hecho que le brindó Ojeda, el testigo continuó indagando porque según recogió la Guardia Civil en su atestado "le resultó extraño" que Juan el Rubio "fuera testigo directo de dos hechos tan graves". En el transcurso de una conversación llegó a preguntarle cuál sería el mejor lugar para deshacerse de un cuerpo en Gran Canaria, ante lo que Ojeda le habría recomendado el vertedero cercano a su vivienda, sitio "que él habría probado con el cuerpo de algún animal allí arrojado", de acuerdo con el atestado elaborado por el Instituto Armado.

La segunda versión llegó tras una declaración por videoconferencia que Ojeda tuvo que prestar en relación con el caso de abusos sexuales a otro menor, delito por el que fue finalmente condenado a cinco años de prisión tras un juicio celebrado el pasado mes de noviembre. Después de prestar testimonio, el investigado habría presuntamente regresado abatido a la celda y habría reconocido que "el chiquillo no sufrió, el chiquillo ya llegó muerto". En esta nueva narración, Ojeda culpó del fallecimiento del pequeño a su vecino Agustín González, 'Tani', al asegurar que éste habría suministrado al pequeño algún tipo de narcótico provocándole la muerte. La Guardia Civil comprobó la veracidad de la coartada de este conocido de Ojeda, que ese día se encontraba trabajando fuera de Santa Lucía de Tirajana. El juez también tomó declaración el pasado mes de diciembre tanto a 'Tani' como al empresario que le contrató aquel 10 de marzo de 2007.