El primero de los dos terroristas encarcelados en España por la Audiencia Nacional (AN) como autores intelectuales de los atentados del 11M acaba de ser puesto en libertad tras cumplir la condena íntegra en el módulo de aislamiento de la cárcel Alicante II de Villena. Se trata del marroquí Youssef Belhadj, alias Abu Dujanah, condenado a 12 años de prisión por su implicación en los atentados ocurridos en Madrid el 11 de marzo de 2004. Las autoridades preparan su expulsión del país.

Belhadj fue, junto a Rabei Osman El Egipcio y Hassan El Haski, el autor intelectual de la mayor masacre terrorista de la historia de España llevada a cabo por una célula yihadista. Los ataques sincronizados realizados con 10 artefactos explosivos en cuatro trenes de la red de cercanías de Madrid produjeron la muerte de 193 personas y otras 1.858 resultaron heridas de distinta consideración. Muchas de ellas con secuelas de por vida.

Trece años después sigue siendo el mayor atentado cometido en Europa tras el perpetrado en un avión que sobrevolaba Lockerbie. Ocurrió en diciembre de 1988 y murieron 259 pasajeros y 11 vecinos de esta localidad escocesa.

La voz del vídeo de la papelera

En el 11M el cerebro de la matanza fue detenido en Bélgica en febrero de 2005 y extraditado a España dos meses después para ingresar en prisión de forma incondicional. Asumió el papel de portavoz de los terroristas en la grabación de vídeo que el 13 de marzo de 2004, dos días después de los atentados y en la noche previa a las elecciones generales, dejaron en una papelera próxima a la mezquita de la M30 tras avisar antes a un medio de comunicación madrileño.

Reconocido como el «portavoz militar de Al Qaida en Europa», fue Youssef Belhajd quien alquiló el piso de Leganés el 8 de marzo, tres días antes de la irracional tragedia.

Al igual que Hassan El Haski y Rabei Osma El Egipcio, Belhadj se enfrentaba a una petición de 38.952 años de cárcel, aunque finalmente fue condenado a 12 años por la AN al ser exculpado de su participación directa en el 11-M. Durante el juicio negó todas las acusaciones, descartó ser la persona que reivindicó los atentados y calificó su procesamiento por conspiración para delito terrorista como «injusto».

Decidió entonces ponerse en huelga de hambre en señal de protesta. En esos momentos ya se encontraba confinado en la cárcel de Villena. Pero a los pocos días abandonó voluntariamente esta medida de presión cuando la AN lo declaró miembro de una organización terrorista yihadista.

Ideólogo de los atentados

Una sentencia que confirmada por el Tribunal Supremo el 17 de julio de 2008 señalando directamente como ideólogos del 11-M a Youssef Belhadj, Hassan El Haski y Rabei Osman El Egipcio. Éste último, sin embargo, fue detenido en Italia y condenado por pertenencia a banda armada por lo que, al estar cumpliendo ya condena, fue absuelto en aplicación del principio jurídico non bis in idem que impide juzgar a la misma persona más de una vez por el mismo hecho.

Belhadj es el primer autor intelectual condenado del 11M que recupera la libertad en la cárcel de Villena. Pero por este centro penitenciario, concebido para el cumplimiento de penas, también han pasado otros islamistas juzgados por los atentados de Atocha como Jamal Zougam y Otman El Gnaoui, condenados a 42.922 y 42.924 años respectivamente como autores materiales del 11M, así como Saed El Harrak, Fouad El Morabit, Mouhanad Almallah Dabbas, a los que les cayeron 12 años de prisión.

Huelgas de hambre

Varios de ellos protagonizaron dos huelgas de hambre que no surtieron efecto aunque, en septiembre de 2011, la Dirección General de Instituciones Penitenciarias decidió «suavizar» su régimen penitenciario permitiéndoles, entre otras cosas, salir al patio de la cárcel con reclusos de otros módulos, ir a la escuela, hacer deporte y acudir a los talleres de artesanía.

Belhadj fue, precisamente, uno de los beneficiados por esta medida. No obstante, según las fuentes consultadas en el centro, durante sus 12 años de reclusión en una celda individual del módulo aislamiento no ha provocado ningún altercado ni ha gozado de ningún permiso carcelario.