Con la cara desencajada, el pelo desaliñado y zapatillas de un rosa fosforito -una imagen muy alejada de la que mostraba en público hace unos años- llegó ayer a los juzgados de Paterna Sandra M. J., la mujer de 33 años detenida el lunes por matar a su padre en Godella. El Juzgado de Instrucción número dos de Paterna decretó su ingreso en prisión provisional, comunicada y sin fianza, tras tomarle declaración en una causa abierta por un delito de homicidio.

La acusada, que padece un trastorno mental, no se negó a contestar a las preguntas de la Fiscalía pero se bloqueaba continuamente al tratar de recordar lo ocurrido, sin llegar a aclarar el origen de la discusión con su progenitor. Incluso sufrió un ataque de ansiedad por el que se tuvo que parar el interrogatorio y solicitar servicios sanitarios para que la atendieran. Así, la tumbaron en el suelo y trataron de tranquilizarla mientras era atendida por la médico forense a la espera de la llegada de una ambulancia.

En los próximos días la mujer tendrá que ser evaluada por los médicos forenses de la unidad de psiquiatría del Instituto de Medicina Legal de Valencia para establecer si es imputable penalmente o el trastorno mental que padece, y por el que estaba medicada, le impedía ser consciente de sus actos.

Fuentes del Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana (TSJCV) aseguraron ayer que no existía ninguna solicitud anterior para el internamiento forzoso de la presunta homicida en un centro psiquiátrico. No obstante, estas mismas fuentes confirmaron que el Juzgado de Instrucción número seis de Paterna estaba tramitando una solicitud para que esta persona fuera sometida a tratamiento obligatorio.