? Julio Alberto B., el boxeador y presunto sicario argentino que roció presuntamente a la víctima con ácido, negó ayer durante el juicio haber cobrado 2.000 euros por llevar a cabo lo que calificó como «escarmiento». De hecho aseguró no ser el autor del ataque e inculpó a otro de los acusados. Sin embargo, reconoció que fue una alumna de su gimnasio, Ana E. L., quien le comentó que la habían violado y que «iba a buscar a unos rumanos para que le rompieran las piernas». Según su versión, se lo dijo a un cliente del gimnasio, porque sabía que se dedicaba a ajustes de cuentas. «Inocentemente le dije que había una tía que busca gente para romperle la cara a un violador pero me desentendí del tema».

Por su parte, la presunta inductora negó haber encargado el ataque por celos. Así, para tratar de explicar los 2.000 euros que sacó de su cuenta días antes de la agresión, alegó que era para dárselos a su padre. No obstante, respecto a las 77 conversaciones de WhatsApp que mantuvo por esas fechas con el presunto sicario, borradas antes de ser detenida, y el motivo por el que el boxeador la incrimina no supo encontrar una explicación convicente ante las preguntas de la fiscal.