Un hombre de 35 años que acababa de doctorarse en Física en la Universitat de Burjassot y estaba a punto de viajar a Marsella para comenzar una prometedora carrera vio truncada su vida profesional cuando, estando sentado tranquilamente con dos amigos en una terraza de València, un extraño se le acercó y le roció la cabeza con ácido tras confundirlo con otra persona. «Llevaba un vaso y sin decir nada me tiró el líquido. Enseguida noté un quemazón en el cuerpo y la cara, no podía ver nada», relató ayer el agredido en julio de 2014, durante el juicio celebrado en la Sección Quinta de la Audiencia Provincial de València.

«No lo veo bien porque me quemaron los ojos, pero es él», aseguró la víctima reconociendo así durante la vista oral, y tras declarar detrás de un biombo, a su agresor, pese a haber perdido la visión de un ojo y apenas tener un 60 por ciento de visión en el otro. El acusado identificado por el agredido es un presunto sicario argentino al que contrató una joven que decía haber sido violada. Su móvil real para encargar el brutal ataque, según las investigaciones, era pasional. La también acusada como inductora estaba supuestamente enamorada de una amiga y como no le correspondía la tomó con el novio de ésta.

Una fatídica confusión hizo que finalmente una persona ajena totalmente a este triángulo amoroso sufriera graves quemaduras por las que tuvo que ser intervenido con varios injertos de piel y quien a raiz del ataque sufre secuelas de por vida. Sus dos amigos, que estaban con él en una terraza próxima a la plaza del Cedro, también sufrieron quemaduras leves.

Además del autor material, en prisión provisional por estos hechos, y de la presunta inductora, también fueron detenidos otros dos cómplices del primero, quienes reconocieron que lo acompañaron al lugar porque necesitaba un coche para darle una lección a un supuesto violador de una amiga, pero que desconocían las intenciones reales de éste. El fiscal solicita una pena de doce años de cárcel para cada uno de ellos por un delito de lesiones graves.

Asimismo, por las lesiones que sufrieron los otros dos agredidos, salpicados por el ácido, la fiscalía les solicita pagar una multa de 3.600 euros. En concepto de responsabilidad civil deberían indemnizar con 135.000 euros al peor parado por las graves secuelas, entre ellas una discapacidad del 71 por ciento. Así como a abonar los 125.873 euros que costó su asistencia médica, tras 166 días impeditivos.

La brutal agresión se produjo en torno a las 22.00 horas del 18 de julio de 2014 cuando los tres varones acusados acudieron a la plaza del Cedro de València buscando a la persona que aparecía en una fotografía facilitada presuntamente por la cuarta procesada. Pese a no encontrarlo y decirles que el concierto al que tenía que acudir era al día siguiente, éstos prosiguieron con su supuesto plan. En una terraza próxima dos de ellos se acercaron a un grupo de jóvenes y se percataron que uno de ellos, con acento gallego (única indicación que tenían y que también era errónea), se parecía al hombre de la foto. Aunque le dijeron al presunto sicario que no estaban seguros y que no creían que fuera él, éste cogió el líquido que llevaba en una mochila del maletero y roció a su víctima.