La Policía Nacional impidió ayer la puesta en marcha de una fábrica clandestina de tabaco en Elx (Alicante) e intervino material con el que podrían haber elaborado cerca de 40 millones de cigarrillos -dos millones de cajetillas- y defraudado más de 6,5 millones a la Hacienda Pública.

En la operación fueron detenidos cinco ciudadanos búlgaros, miembros de un grupo especializado en delitos de contrabando, contra la propiedad industrial, blanqueo de capitales, pertenencia a organización criminal y contra la hacienda pública. Según un comunicado de la Jefatura Superior de Policía de la Comunidad Valenciana, atendiendo a sus condiciones de salubridad, las instalaciones «podrían haber causado daños importantes a la salud de los consumidores». Además, con su venta habrían vulnerado los derechos de propiedad industrial de dos importantes marcas tabaqueras, según las mismas fuentes.