Una familia se encontraba tranquilamente durmiendo en la vivienda en la que viven de alquiler desde hace poco más de un año cuando se vieron sobresaltados al notar la presencia de un extraño dentro. En la madrugada del pasado domingo su casero, de 60 años, entró a hurtadillas en esta casa de Torrent utilizando una copia de la llave que guarda de la misma y tras quitar los plomos de la luz, se escondió en el baño armado con un cuchillo.

Si bien es cierto que en los últimos cinco meses no le han abonado ni un euro del alquiler a los dueños del piso, las víctimas aseguran que jamás pensaron que su casero pudiera actuar de la forma en la que lo hizo.

Al verse descubierto, el hombre les atacó con el arma blanca, causándoles lesiones leves a el marido y a su mujer. En ese momento se encontraban en la casa también un menor de catorce años y una bebé de siete meses. «No quería asustarnos, venía con guantes y estaba esperando en el baño para matarnos», sostiene Javier, de 38 años, tras ser dado de alta.

El presunto agresor huyó del lugar tras enfrentarse con el cabeza de familia en el rellano, pero fue detenido apenas unos minutos después por la Policía Nacional en su propio domicilio. El acusado de allanamiento de morada y dos delitos de lesiones negó haber entrado en la casa y su mujer aseguró a los agentes que esa noche había estado con ella en todo momento.

No obstante, desde el susto de esa noche el matrimonio y sus hijos ya no han podido conciliar el sueño. «Esta noche hemos dormido todos juntos en la misma habitación y mi hijo mayor, que no estaba esa noche, se ha quedado en vela vigilando», reconocía todavía con el miedo en el cuerpo Neftalí, y eso que esa misma mañana cambiaron la cerradura por si regresaba.

El hombre sufrió cortes en el cartílago de la oreja izquierda y en la axila, mientras que su mujer presentaba una cuchillada poco profunda en la tripa y cortes en el antebrazo. Ambos acudieron al centro de salud para ser atendidos, y de ahí fueron derivados al hospital.

Se lo encuentra en el baño

Los hechos ocurrieron en torno las seis de la mañana del domingo en la calle San Valeriano de Torrent. El matrimonio reconoce que llevaban cinco meses sin poder pagar el alquiler. «Llevo siete meses sin trabajar y se me ha acabado el paro y el subsidio», explica Javier. La deuda ascendía ya a los 1.700 euros y el marido de su casera ya les había advertido con lo que les podía pasar si no pagaban. «Me había amenazado en la calle pero no lo denuncié porque jamás pensé que podría llegar a este extremo. ¿Cómo vas a imaginarte que se le crucen los cables de esa forma?», argumenta el agredido.

Fue su mujer la que se percató de que algo raro ocurría al apagarse de golpe la luz de la lamparita que deja encendida en la habitación en la que duerme con la bebé. Cuando el marido se levantó a comprobar los plomos se topó de bruces con su casero, quien permanecía escondido en el cuarto de baño con un cuchillo en la mano. «Lo cogí y lo saqué para fuera para que no se acercara a mi familia», afirma el agredido durante el forcejeo, en el que también sufrió cortes su mujer. «Huía por las escaleras y seguía amenazándonos de muerte».