El acusado, a quien la Fiscalía de Medio Ambiente solicitaba una pena de un año de prisión, admitió que dejó morir por inanición a tres bisontes y vio así reducida la pena a la que se enfrentaba en un tercio de la misma.

Al carecer de antecedentes penales no deberá ingresar en el centro penitenciario. Asimismo se le impone también la prohibición de tenencia de animales y la posibilidad de trabajar en cualquier negocio relacionado con la fauna. De igual modo, los cuatro bisontes y las cinco búfalas de agua que todavía había en la reserva a principios de mes han sido incautados y trasladados a una reserva en Riaño (León), donde estarán perfectamente cuidados.

Octubre de 2016

Los hechos destapados en octubre de 2016 por una investigación de la Fiscalía de Medio Ambiente de València y por el Seprona de la Guardia Civil, de los que informó en su día Levante-EMV, se remontan al mes de junio de 2015, cuando el acusado poseía en la citada reserva cuatro bisontes, tres de los cuales murieron ese mismo año por circunstancias desconocidas. Dos de ellos aparecieron decapitados.

Tal y como publicó este diario, el Seprona de la Guardia Civil, que citó como investigado (antes, imputado) por un presunto delito de maltrato animal al director de la reserva, Carlos Álamo, cumpliendo órdenes de la Fiscalía de Medioambiente. La investigación, además, consideró que los animales murieron por el abandono y que, una vez descubiertos los cadáveres, alguien decapitó a Sauron y lo intentó con 102 en su afán por simular un ataque y encubrir la situación de los bisontes. La misma persona depositó una bola de goma junto al comedero principal rellena con una sustancia de apariencia tóxica para reforzar la sospecha del envenenamiento. Tras conocerse la noticia, Álamo negó tales circunstancias y declaró públicamente que tenía pruebas que sostenían su versión, centrada en que había alimentado de forma correcta a los animales en todo momento.

En su escrito de calificación, el fiscal encargado del caso apunta que los animales se encontraban a la reserva de Valdeserrillas (Benagéber), en un terreno acotado y circundado por una cerca. En el mes de abril de 2016, se añadieron doce bisontes más a la reserva, donde llegaron, también, seis búfalas de agua , tres caballos y un burro. Tres de los bisontes murieron en el año 2016 por causas desconocidas. El acusado no proporcionó a los animales alimentación suficiente, de manera que, en el mes de septiembre de 2016, murieron dos de ellos (denominados Sauron y 102). El resto de animales presentaban síntomas de alimentación insuficiente y estado próximo a la caquexia. En el mes de enero de 2017, murió otro de los bisontes (denominado Ural) también, como consecuencia de la deficiente alimentación.