La avenida de Burjassot, larga y con la posibilidad de cruzarla a una velocidad por encima de los límites urbanos, fue escenario ayer de una nueva tragedia, muy parecida a la de hace casi dos años, con los mismos protagonistas: una anciana y una motocicleta. Ayer, a las 17.30 horas, una mujer de 86 años fue arrollada por un vehículo a dos ruedas, falleciendo en el acto. El choque fue tan brutal, que el cuerpo de la mujer fue desplazado diez metros desde el lugar del impacto. A pesar de la intervención del SAMU, no se pudo hacer nada por salvar su vida.

La Policía Local ha iniciado la investigación para determinar cómo se produjo el atropello. Según los primeros testimonios, podrían unirse dos causas: una velocidad posiblemente excesiva por parte de la motocicleta y el hecho de que la mujer estaría cruzando un paso de cebra en rojo.

Un testigo presencial relataba precisamente que «nos hemos cruzado con la moto, en la que iba una pareja, y hemos comentado la velocidad a la que iba. Un par de segundos después hemos escuchado el impacto a nuestras espaldas. Inmediatamente ha llegado un señor, que se ha identificado como policía. Ha atendido a la mujer, pero en seguida ha dicho que no tenía pulso».

El conductor, según este testigo, «juraba y perjuraba que tenía el semáforo en verde». Tanto el paso de cebra del impacto como otro que hay inmediatamente después (a la altura del 137 de la avenida, poco después del cruce de las cías del tranvía) están regulados por semáforos y entre ambos el cruce con la calle de Toixa. El piloto y su acompañante no sufrieron más que algunas magulladuras.

Una historia que se repite

El piloto de la motocicleta dio una tasa de 0,15 mg/l de alcohol en la sangre y también se le iba a someter a un control de drogas, tal como exige el protocolo en estos casos.

La avenida de Burjassot ya fue escenario, hace dos años, de un suceso bastante parecido cuando un joven de 28 años de edad perdió el control de su motocicleta, que salió disparada contra la terraza de una cafetería de la propia avenida, causando la muerte de una mujer de 74 años de edad y un total de 16 personas heridas de distinta gravedad.

Y es que ese es uno de los factores que denuncian reiteradamente los vecinos: el exceso de velocidad que la disposición de los semáforos permite a los vehículos, especialmente a los de dos ruedas, a partir de que ésta parte por la mitad del barrio de Benicalap.