Un jurado popular ha declarado culpable de un delito de asesinato a la mujer de nacionalidad nicaragüense que mató a su hijo, de tan solo cinco años, asfixiándolo con un almohadón en su domicilio de Almàssera en mayo de 2015. El ministerio fiscal solicita para la acusada una pena de 18 años de prisión al contemplar la circunstancia agravante de parentesco. La propia asesina confesó en el juicio haber dormido al pequeño con pastillas disueltas en la leche para posteriormente acabar con su vida ya que su marido no les hacía caso.

«Mi idea era llevármelo al cielo conmigo», alegó en su declaración la infanticida, quien según su versión también trató de quitarse la vida mediante la ingesta de pastillas, aunque en el lavado gástrico no se apreciaron restos de sustancia alguna. De hecho, los miembros del jurado consideraron como no probado que la acusada se intentara suicidar tras cometer su horrendo crimen.

La defensa pretendía lograr una eximente por el trastorno que supuestamente padece su cliente, no obstante el jurado ha considerado probado que aunque la acusada, presentaba síntomas ansioso depresivos, rasgos de personalidad límite y marcada inestabilidad emocional, era consciente de sus actos en el momento del crimen, como así ratificaron los médicos forenses del Instituto de Medicina Legal de València durante el juicio. Aunque sobre el móvil del crimen el jurado no se ha pronunciado, todo indica que mató al pequeño porque le estorbaba en sus deseos de regresar a su país natal.