Apenas llevaba poco más de un año trabajando como asistente de un matrimonio adinerado de ancianos en su domicilio de València y, tras la muerte de ambos, su patrimonio se incrementó en 815.700 euros. La compra de un Porsche Carrera y un Audi A-6 por aquellas fechas reflejan este cambio en su nivel de vida, que se produjo después de desviar importantes cantidades de dinero a sus cuentas bancarias y lograr que la anciana, con demencia vascular y problemas de anomia, le legara un tercio de su herencia.

La Audiencia de València le ha impuesto ahora una pena de un año y cuatro meses de cárcel por un delito continuado de apropiación indebida y blanqueo de capitales después de que el acusado reconociera en el juicio los hechos. No obstante, éste únicamente deberá devolver 540.800 euros ya que el restante le corresponde legalmente por el testamento que escrituró la mujer en junio de 2009, tres meses antes de su muerte, y que a día de hoy no ha sido invalidado.

Asimismo, la hermana del asistente de los ancianos, que también estaba acusada, ha sido condenada a cuatro meses de cárcel por el delito de apropiación indebida ya que una de las transferencias bancarias fue realizada por su hermano a una de sus cuentas. Ésta también admitió en la vista oral su responsabilidad.

El trabajo mejor pagado

El ahora condenado comenzó a trabajar para el citado matrimonio en mayo de 2008 principalmente para encargarse de los cuidados del marido, quien estaba enfermo y falleció en el mes de julio de ese mismo año. Posteriormente siguió desempeñando labores de asistente en la casa y poco a poco se ganó la confianza de la viuda, hasta el punto de que ésta le autorizó para disponer de sus cuentas bancarias a su antojo.

Gracias a ello y según ha quedado acreditado en la sentencia de la Sección Quinta de la Audiencia Provincial de València, el acusado realizó hasta ocho transferencias a favor de las cuentas de las que él era titular, así como una de ellas a la cuenta de su hermana, entre diciembre de 2008 y septiembre de 2009. Algunos de los traspasos eran de cantidades tan elevadas como 100.000 y 200.000 euros.

Además durante dicho periodo llevó a cabo numerosos reintegros en cajeros automáticos, prácticamente a diario y en ocasiones varias veces en un mismo día, por un importe de 1.000 euros, a cargo de la cuenta de la que era titular la anciana. El importe total tanto de las transferencias como de los reintegros en metálico asciende a 815.700 euros.

Tuvo que ser la madre de la nieta de la anciana fallecida, única heredera -ya que su padre también había muerto-, quien denunció los hechos en 2010. Tras llegar a un acuerdo de conformidad entre las partes en el juicio celebrado esta semana en la Audiencia de València, la fiscalía rebajó la petición inicial de seis años de cárcel que solicitaba para él, y de dos años y nueve meses para su hermana, siendo condenados a penas por las que ninguno de ellos deberá pisar la prisión.