Los policías observaron que ésta se encontraba visiblemente nerviosa ante la presencia policial, por lo que tras identificarse procedieron a examinar su equipaje. Aunque no localizaron drogas en la maleta, dadas las sospechas se solicitó la realización de pruebas radiológicas.

En el mismo aeropuerto la mujer entregó de forma voluntaria una bellota con droga que llevaba escondida en su vagina, pero fue en el hospital donde finalmente se le detectó en el interior de su cuerpo numerosos paquetes llenos de cocaína con un peso total de 740 gramos.