Con el rostro oculto tras una máscara blanca de «anonymous», de amplia sonrisa, bigote y perilla vertical, que recuerda la figura del conspirador inglés Guy Fawkes, un violento ladrón asaltó a una anciana nada más salir del ascensor, en su finca de la avenida Pérez Galdós de València.

A golpes la introdujo en el domicilio de ésta y le propinó una brutal paliza cogiéndola del cuello y golpeándole la cabeza contra el suelo en repetidas ocasiones hasta que la mujer, de 77 años, perdió el conocimiento. Así lo relató ayer durante el juicio y detrás de un biombo la víctima, quien fruto de la agresión perdió el globo ocular izquierdo.

Su presunto agresor, que cometió los hechos cuando estaba a la espera de que se ejecutara una sentencia condenatoria por otro asalto, se enfrenta ahora a una pena de veinte años de cárcel por los delitos de lesiones cualificadas y robo con violencia.

La Fiscalía aprecia tres circunstancias agravantes: abuso de superioridad, ejecución mediante uso de disfraz y reincidencia. Además solicita cinco años de prisión para su presunto cómplice en el robo, un compañero de piso que vivía desde hace años en dicha finca y le habría dado las indicaciones para a asaltar a su vecina, «conocedor de que tenía objetos de valor en su domicilio».

Este violento robo, en el que el ladrón destrozó a golpes la cabeza de su víctima para apoderarse del simple bolso de una anciana, un reloj de oro y un par de pulseras y medallitas, se produjo el 26 de febrero de 2016 en una finca de la avenida Pérez Galdós de València.

Durante el juicio celebrado ayer en la Sección Quinta de la Audiencia Provincial de València el principal acusado admitió haber perpetrado él el robo pero atribuyó las graves lesiones que presentaba la septuagenaria a una caída. Según su versión, que fue calificada por la fiscal como inverosímil, debido al empujón que le dio al entrar la mujer sufrió una caída y se golpeó de forma fortuita la cabeza con una estatua de alabastro, que fue encontrada en el suelo rota.

No obstante, los médicos forenses del Instituto de Medicina Legal de València que examinaron las lesiones de la agredida aseguraron que éstos fueron causados por «golpes propinados con una gran contundencia y de forma repetida». Asimismo, no descartaron que su agresor utilizada algún tipo de objeto, como por ejemplo la propia escultura.

Por su parte el otro acusado negó totalmente su participación en los hechos y alegó desconocer las intenciones que tenía su compañero de piso. Sin embargo, el coacusado y autor material lo había incriminado previamente asegurando que planearon juntos el robo.

Del mismo modo varios testigos, vecinos de la finca donde se produjo el robo, aseveraron que a la hora del mismo lo vieron en la escalera y éste entabló con ellos conversaciones absurdas, como si estuviera tratando de ganar tiempo para su cómplice. Incluso al escuchar ruidos en el domicilio de su vecina lo atribuyó a que podían estar robándole, aunque en ningún momento fue a auxiliarla.

Miedo a volver a su casa

El presunto autor de la paliza fue detenido por la Policía Nacional en Alcublas apenas dos días después de los hechos. El dueño de un bar, donde fue encontrado el bolso de su víctima escondido detrás del inodoro, lo reconoció fotográficamente como la persona que entró el día de autos, pidió una cerveza y se fue directamente al servicio. De igual modo se recuperó una cadena de oro sustraída a la mujer que éste vendió en una casa de compraventa.

Además de la pérdida del globo ocular izquierdo, que estalló debido a los golpes, la anciana estuvo hospitalizada en estado grave diez días y tuvo que ser intervenida quirúrgicamente. Asimismo padece estrés postraumático y tuvo que abandonar su casa porque tenía miedo a volver al lugar en el que fue asaltada por este desconocido enmascarado. Por estos daños morales y por las secuelas el autor de la paliza tendría que indemnizarla con 67.000 euros, según el escrito de conclusiones de la fiscalía.