La Audiencia Provincial de València juzgó ayer a un joven de 25 años acusado de abusar sexualmente de forma continuada de sus dos primos gemelos cuando éstos apenas tenían seis años de edad. El procesado, que se enfrenta a una petición de pena de 18 años de cárcel, aprovechaba las visitas de los menores a la vivienda de sus abuelos, con quienes éste residía, para cometer los presuntos abusos. Así, los llevaba a su habitación con la excusa de jugar a la «PlayStation» y una vez allí, estando los tres a solas, les realizaba tocamientos.

Los hechos se produjeron a lo largo del año 2014 en reiteradas ocasiones y en días que no han podido ser concretados por los menores, dada su tierna edad, en la vivienda de los abuelos, situada en una localidad del Camp de Túria cuyo nombre omitimos para preservar el anonimato de las víctimas. Fue el 22 de noviembre de ese mismo año cuando la niña le contó a su madre, como sin darle importancia, lo que su primo hacía con ella y su hermano cuando estaban en la cama de su habitación jugando a la videoconsola. Apenas unos días después la mujer denunció los graves hechos.

Según el relato de la fiscalía, ratificado por la prueba preconstituida del interrogatorio de ambos hermanos, el acusado les realizaba tocamientos en la zona genital tras quitarles la ropa. Incluso en alguna habría introducido los dedos a la niña y habría masturbado a su hermano, de ahí que la pena solicitada sea superior a diez años por uno de los delitos.

Ausencia de secuelas dada la edad

Por su parte, el acusado negó ayer en la vista oral haber realizado tocamientos de ningún tipo a sus primos. Asimismo, la letrada de la defensa argumentó que los menores han entrado en contradicciones a lo largo de la instrucción y que la única prueba de cargo es precisamente su testimonio.

No obstante, los psicólogos forenses del Instituto de Medicina Legal de València dieron credibilidad al relato de ambos y explicaron que sus manifestaciones tienen «verosimilitud». Así, sobre la ausencia de secuelas emocionales en la menor asociadas a los hechos vividos, se explican en que «su edad y el desconocimiento de la intencionalidad de su primo son factores que contribuyen a su estabilidad psicológica».