Juan Bautista M. M., fallecido el pasado mes de enero a los 73 años de edad, padecía desde el 2012 la enfermedad de Alzheimer. Aprovechándose de su situación de vulnerabilidad y pese a tener éste sus facultades intelectuales y capacidades de entendimiento afectadas, como así ha quedado demostrado, una de sus sobrinas comenzó a controlar sus cuentas y logró incluso que éste le nombrara heredera universal de su fortuna.

La tutora legal del anciano y sus familiares más próximos, que denunciaron el expolio al que estaba siendo sometido, cifran en 105.000 euros la cantidad que le habría sustraído ésta durante los dos años que ella y su madre estuvieron conviviendo con el anciano en Riola.

Una sentencia de la Audiencia Provincial de València condena ahora a la sobrina del fallecido, vecina de Algemesí, a una pena de ocho meses de prisión por un delito de apropiación indebida, después de que reconociera en el juicio que, aprovechando la confianza que había depositado en ella el anciano, enfermo de alzhéimer, se apropió de al menos 24.800 euros. De ellos, 5.115 euros los destinó a costearse una operación de aumento de pecho, según reflejan las facturas aportadas por la propia acusada.

«Le daban unas gotas para que se quedara durmiendo y mientras se iban de fiesta a gastarse el dinero», relata Teresa, prima de Juan Bautista y tutora legal de éste desde de que el anciano fue declarado incapaz en enero de 2013 hasta que falleció el pasado 16 de enero.

«No tenían ninguna relación con él y de la noche a la mañana ... Cuando conseguimos sacarlas de su casa por mandamiento judicial ya le habían desvalijado, habían sacado dinero de sus cuentas con su tarjeta de crédito y se habían llevado todos los objetos que compraban a su nombre», explica la denunciante.

La acusación particular pedía tanto para la sobrina del fallecido, ahora condenada, como para su madre (mujer de un primo de la víctima) una pena de seis años y medio de prisión, cuatro años y seis meses por el delito continuado de apropiación indebida y dos más por el delito de hurto. Por su parte, la fiscalía solicitaba una pena de tres años de cárcel para cada una y sendas multas de 2.160 euros, así como devolver los 91.655 euros de los que se apropiaron de forma delictiva.

No obstante, el letrado de la defensa, Noel Pont, logró llegar a un acuerdo de conformidad muy beneficioso para sus clientes. Así, la madre, de 62 años, ha quedado absuelta y su hija, de 36, ha sido condenada a solo ocho meses de prisión tras reconocer los hechos. Asimismo la sentencia declara la nulidad del testamento otorgado por Juan Bautista M. M. y se hace expresa reserva de acciones civiles a favor de quien resulte ser el legal heredero del mismo.

Se aprovechó de su enfermedad

Según los hechos probados en la sentencia, la acusada se aprovechó de la enfermedad degenerativa de su tío «para empezar a intervenir poco a poco en las cuestiones personales y económicas» de éste, incluso yendo a residir al domicilio del septuagenario entre el verano de 2011 y principios de 2013.

Así, a pesar de que Juan Bautista tenía sus facultades afectadas por el alzhéimer, el 30 de agosto de 2012 el anciano nombró heredera universal a la ahora condenada. Del mismo modo, «aprovechando la confianza depositada en ellas, y en ocasiones sin el consentimiento ni el conocimiento de éste ni de otros familiares, la acusada realizó numerosas disposiciones en efectivo de las cuentas de su tío».

Un informe del médico forense demostró que el anciano presentaba «una disminución importante de sus facultades intelectuales, de su conducta adaptativa y de su capacidad de obrar y de entender, así como de su independencia personal y social». Pese a ello, y la orden de prohibición de efectuar extracciones bancarias, la condenada se apropió de 24.800 euros y se costeó un aumento de pecho.