La Audiencia Provincial de Valencia ha condenado a siete años de prisión al hombre que mató a su padre de 70 años a golpes con un bastón en la vivienda que compartían en la calle Bonrepós i Mirambell de Gilet. El crimen ocurrió en noviembre de 2015. Durante el juicio, se acogió a su derecho a no declarar, pero a través de su abogado reconoció el crimen.

El tribunal condena a este hombre por un delito de asesinato con alevosía, con la circunstancia eximente incompleta de anomalía mental y de la agravante de parentesco. Cumplirá la pena en un centro penitenciario adecuado para el tratamiento de la anomalía que padece, según recoge la sentencia emitida tras un veredicto de culpabilidad por parte de un jurado popular.

Los hechos se remontan a noviembre de 2015. El día 10, sobre las 20.00 horas, el condenado y su padre comenzaron a discutir y en el transcurso, el joven le golpeó con un bastón que había colgado en el garaje y le dio primero en la cara de forma intensa hasta que le rompió los huesos nasales.

El anciano cayó al suelo y su hijo se colocó encima y siguió golpeándole con los puños. También le intentó ahogar. Finalmente le propinó un fuerte golpe junto a una cicatriz que tenía en el estómago de una operación que había sufrido.

Como consecuencia de estas agresiones, el anciano, que no pudo en modo alguno defenderse, falleció. Tras el incidente, el condenado se quitó la ropa y las zapatillas que llevaba, que estaban llenas de sangre, limpió las paredes y el suelo alrededor de donde había caído su padre, así como su vestimenta.

Sobre las 4.30 horas, cogió el coche de su padre y se presentó en el bar del complejo turístico 'La Pinada', donde coincidió con su hermano. En ese momento llevaba la mano derecha vendada y permaneció allí hasta las 6.00 horas. Ambos salieron juntos del bar y se marcharon cada uno en su vehículo.

Al día siguiente, sobre las 11.30 horas, el condenado llamó a un amigo y le dijo que había matado a su padre y que tenía los nudillos reventados. Éste le dijo que se entregase y él le manifestó que primero iba a conseguir cocaína y después al centro.

Ambos volvieron a hablar por teléfono por la tarde y el agresor comentó que estaba en el Hospital Clínico, donde fue detenido. No se ha considerado probado que éste fuera desde hace más de 15 años consumidor de sustancias tóxicas y alcohol, y que esto hubiera influido en su capacidad de entendimiento y voluntad. Tampoco que haya contribuido a la investigación de los hechos con las autoridades.