El Partido Popular salió ayer rápidamente al paso tras el comunicado del ayuntamiento asegurando que «pedirá que se aclaren las circunstancias del accidente cuanto antes y que se depuren responsabilidades si las hubiera, así como que el alcalde actúe de manera transparente e inmediata dando a conocer toda la información para saber si el montaje contaba con todos los permisos en regla y si se habían realizado todas las inspecciones que marca la normativa sobre espectáculos» y que «si los hechos son como se están denunciado, es gravísimo que ni el alcalde, Joan Ribó, ni los concejales de Fiestas y Protección Ciudadana, Pere Fuset y Anaïs Menguzzato, no hayan informado el lunes, una semana después, de lo acontecido.».

Tanto el PP como Ciudadanos cuestionaba también que no existiría «referencia alguna a la instalación de unas gradas supletorias para los Conciertos de Viveros, ni en el Protocolo de ´Actuación Municipal de la Gran Fira de Valencia 2017´, ni en el Pliego de prescripciones técnicas particulares».

El sindicado CGT también habló de «ocultación», aseguraron que «el montaje de las gradas se llevó a cabo en condiciones precarias, una jornada demasiado larga y a temperaturas muy altas en un trabajo que requiere toda la atención y medidas de seguridad» y se quejaron de «la indiferencia que han mostrado los promotores y el ayuntamiento ante el suceso demuestran que esta agente trata a los trabajadores como piezas desechables y sustituibles y no como personas».