La Gran Fira de València se vio ensombrecida ayer por el fallecimiento de un trabajador que, una semana antes, había sufrido un accidente durante los trabajos de montaje de las gradas en el recinto de Viveros. Una tragedia que ha estado envuelta en la polémica por el hecho de que, hasta ayer, justamente el día del desenlace fatal, no hubiese trascendido y ante el que se han cruzado diferentes interpretaciones.

El relato de los hechos dice que el accidente tuvo lugar el pasado martes cuando dos trabajadores de la subcontrata especializada en el montaje de gradas (PM Osuna) cayeron, al parecer desde una escasa altura («no superior a dos metros»). Uno de ellos, sin embargo, se golpeó en la cabeza y fue trasladado al Hospital La Fe donde, tras una semana en situación de muerte cerebral, acabó perdiendo la vida ayer.

El ayuntamiento, como dueño del espacio, emitió ayer un comunicado en el que anunciaban que había requerido a los responsables del montaje y explotación de la grada, la Asociación de Promotores Musicales de la Comunidad Valenciana «toda la información alrededor de las condiciones de su instalación y, concretamente, sobre el accidente, así como las medidas de seguridad previstas en todos sus montajes».

¿Cómo puede ser que el consistorio no supiera nada durante los días previos? El edil Pere Fuset aseguró que «sinceramente, hasta el jueves no empezamos a escuchar rumores. Hicimos un primer requerimiento tanto a la Cadena Cope (responsable por concurso público de la parte técnica de escenario) como a la asociación (responsable de la contratación de artistas y explotación, tanto de entradas y gradas como de las gastronetas). Los segundos nos dijeron verbalmente que hubo un accidente, pero sin darle una especial gravedad». Pero lo era. «El lunes nos volvió a llegar el rumor y convocamos una reunión urgente, que es donde exigimos toda la información que pudieran darnos». Nadie del ayuntamiento, según este relato, comunicó a la concejalía lo sucedido.

«No hubo falta de prevención»

Las promotoras contestaron entonces el requerimiento en el que aseguraban que «de la constatación de los hechos se encargó la Policía Local, requerida a este objeto, habiéndose instruido las primeras diligencias y levantándose el primer atestado del que se desprende, en una primera valoración, que la causa del suceso no es debida a la ausencia de medidas de prevención, ya que a los trabajadores se les había suministrado y estaban utilizando equipos de protección individual suficientes. De la información que se ha podido recabar, puede que el siniestro aconteciera por causas fortuitas. Pero en este momento se está realizando la correspondiente investigación y recopilación de datos».

Fuset acudió ayer, antes del fallecimiento del trabajador, al hospital La Fe junto a la también edil Pilar Soriano. «Hablamos con los familiares y nos hemos puesto a disposición por si quieren ejecutar acciones legales». El concejal recordaba que «el ayuntamiento no contrata a los montadores de gradas. Nosotros firmamos la cesión del terreno y su explotación con el compromiso de que las empresas cumplan y hagan cumplir a sus subcontratadas todas las normas de seguridad».

No relacionado con el cierre

El pasado viernes tenían que haberse inaugurado la grada, pero Bomberos la rechazó porque los pasillos no tenían la suficiente anchura (apenas cinco centímetros). Las gradas, las mismas del Open de Tenis, reunían las condiciones de la legislación europea, pero no la valenciana.

Para el siguiente concierto, el de anteayer, lunes, ya estaban habilitadas. «Pero no tiene nada que ver con el accidente. La negativa a aprobarla fue por una cuestión de normativa de seguridad de los espectadores, no de los trabajadores».