Manuel Fernando S. Ch., el hombre que mató de una paliza a un sintecho en el valenciano barrio de Campanar en noviembre de 2015, ha sido condenado ahora por otro delito de extrema violencia. La Audiencia Provincial de València le ha impuesto una pena de trece años de cárcel por intentar matar con un hacha a la dueña de un bar para robarle la recaudación. Dicha condena por los delitos de homicidio en grado de tentativa y robo con violencia se suma a los diez años de cárcel que cumple desde marzo de este mismo año por el homicidio consumado.

La sentencia remarca la importancia de la identificación del acusado por parte del «testigo concluyente» que presenció la agresión, ya que la víctima falleció en marzo de 2016, por una enfermedad que padecía y que no guarda relación con la agresión sufrida, y no pudo identificarlo antes de su fallecimiento. Así, dicho testigo, que en la primera sesión del juicio no se presentó, ha sido finalmente determinante en la condena del acusado, quien su única defensa se basaba en mantener que él no participó en el citado robo, ocurrido en la tarde del 23 de mayo de 2015.

No obstante, la descripción del sospechoso facilitada por el testigo, así como el tipo y color de la bicicleta en la que huyó el agresor, coincidía plenamente con la que usaba el ahora condenado. De hecho, un policía se cruzó con éste esa misma tarde cuando iba a toda prisa en la citada bicicleta con una cara de «auténtica maldad», según describió el agente.

Un delincuente reincidente

Manuel Fernando S. había salido de prisión apenas un año antes tras cumplir una condena por otro robo con violencia. En el tiempo que estuvo en libertad, además de irrumpir en este bar de la calle Alfambra de València en mayo de 2015, donde agredió brutalmente a la encargada, en noviembre de ese mismo año acabó con la vida de un sintecho tras propinarle una paliza junto a su hermano, quien murió posteriormente en prisión.

La Sección Tercera de la Audiencia Provincial ha tenido en cuenta estos hechos y contempla la circunstancia agravante de reincidencia en el delito de robo con violencia, por el que le condena a cinco años de cárcel. Asimismo, por el delito de homicidio en grado de tentativa le condena a ocho años de prisión. El Ministerio Fiscal solicitaba para el acusado la pena de trece años de cárcel por ambos delitos, condena que le ha sido impuesta tras ser reconocido en el juicio por el testigo de la agresión.

En la sentencia se remarca la gravedad de las lesiones sufridas por la mujer, de nacionalidad china, y el arma utilizada por su agresor, un hacha. El condenado, utilizando la parte posterior de la misma, le propinó numerosos golpes «de forma repetitiva, contundente y violenta contra la cabeza de la víctima, hasta dejarla inconsciente. Dichas lesiones «le hubieran producido la muerte de no haber sido asistida médica y hospitalariamente de inmediato», especifica el fallo.

Incluso estando ya su víctima postrada en el suelo, quien «apenas podía emitir más que un leve quejido», según relató el testigo, el acusado volvió a golpearla en la cabeza. Después de ello fracturó la máquina tragaperras, se apoderó de 500 euros y huyó en su bicicleta.

Meses después demostraría nuevamente su violencia cuando, junto a su hermano, propinó una paliza a Abdul, un indigente de 37 años, cuando éste se disponía a cenar unos vegetales que acababa de cocinar en un rudimentario fogón, en un campo de naranjos situado en el camino Viejo de Paterna. Dos días después de la agresión su víctima fallecía en el hospital. El ahora condenado fue juzgado a principios de año por este crimen y aceptó una pena de diez años de cárcel tras reconocer los hechos. Su hermano, coautor del delito de homicidio, no pudo ser juzgado ya que murió en el centro penitenciario tan solo un mes después de ser detenido por la Policía Nacional.