Prisión permanente revisable para David Oubel. La magistrada de la Sección Cuarta de la Audiencia de Pontevedra hizo público poco antes de las dos de la tarde la histórica sentencia, la primera de este tipo que se aplica en España. Todo después de que el jurado popular declarase al parricida de Moraña "culpable de asesinato con alevosía" de sus dos hijas, Candela y Amaya, que tenían en el momento del crimen, en 2015, 9 y 4 años. La atrocidad de estas muertes y la palpable tensión de estos tres días de juicio se evidenciaron con las lágrimas del fiscal. El representante del ministerio público lloró al escuchar el veredicto.

La magistrada, Nélida Cid, dictó sentencia en la propia sala. La defensa mostró su conformidad con la decisión judicial, contra la que no cabe recurso. El fallo establece, además de la prisión permanente revisable, una indemnización de 300.000 euros a la madre de las pequeñas, a la que David Oubel no podrá acercarse en 30 años. El veredicto, por unanimidad, puntualiza que las dos niñas estaban "indefensas" y que, por tanto, "no tuvieron oportunidad de defenderse".

El jurado popular se retiró a deliberar poco después de las once de la mañana tras recibir el objeto de veredicto y ser instruidos por la magistrada presidenta del Tribunal sobre la forma en la que le deben dar respuesta y emitir su decisión final. Según fuentes de la Fiscalía, se trataba de un objeto de veredicto bastante escueto comparado con otras ocasiones y que se debe, probablemente, al reconocimiento de los hechos por parte del autor del crimen. Concretamente, el jurado tan solo debía responder a cinco preguntas, divididas en dos bloques, dos de ellas referidas a la mayor de la niña, Candela, y otras dos a la menor, Amaya. El jurado tenía que decidir si quedó acreditado si fue su padre quien las mató, tal y como él mismo reconoció en el juicio, y, en segundo lugar, si existió alevosía.

Una quinta pregunta tenía por objeto confirmar la relación de convivencia en el momento de los hechos y paterno filial existente entre el acusado y las víctimas, algo que quedó acreditado en el juicio, según manifestó el fiscal. Ante el reconocimiento de los hechos por parte del acusado, no se ha hecho constar en el objeto de veredicto ninguna cuestión referente al estado mental de David Oubel en el momento de los hechos.

Desde la Fiscalía en las últimas horas y vista la confesión en la sala del asesino, puntualizando que estaba en sus cabales, consideraba que la prisión permanente revisable resultaba "impepinable" en este caso. Hoy, al escuchar el veredicto, Alejandro Pazos ha roto a llorar. A lo largo de todo el proceso se refirió en más de una ocasión a la "dureza" de los hechos ocurridos y como todo ello ha afectado a quienes han intervenido en la investigación e instrucción del caso.