Un empleado del bar La Alegría de Benicàssim (ubicado en el número 33 de la calle Estatut) fue detenido ayer por la Guardia Civil por su presunta implicación en la muerte de un hombre de 56 años al que presuntamente degolló mientras estaba tomándose un café en la terraza de dicho establecimiento. Los hechos tuvieron lugar alrededor de las ocho de la mañana, cuando el trabajador, de origen asiático, sin mediar palabra, le asestó un profundo corte por el cuello. Según ha podido saber Levante-EMV, en las cámaras de vigilancia no se aprecia ningún tipo de riña o discusión previa a la agresión.

La Guardia Civil ha abierto una investigación para esclarecer el móvil de tan fatal desenlace. La víctima es dueño de una empresa de prueba eléctricas y, tanto él como el agresor, son vecinos de Benicàssim. Los agentes de la Benemérita investigan cuál es la relación entre ambos.

Fue alrededor de las ocho de la mañana cuando la Policía Local recibió el aviso de que un hombre había sido degollado en la terraza del bar La Alegría de la calle Estatut. Según relató a Levante de Castelló la responsable del quiosco colindante, la primera persona en ver a la víctima fue una vecina de la zona que se encontraba limpiando la escalera y que, cuando fue a tirar el agua del cubo, «se ha girado y ha visto como le salía sangre del cuello».

En ese momento, dio la voz de alarma y alertó al matrimonio propietario del quiosco para que llamaran a la policía. Mientras el marido llamaba a los agentes, la testigo salió a la calle y descubrió a la víctima sentada en la terraza. No había nadie más. «Aún estaba vivo porque respiraba, con el cuello cortado... Se le veía sangre en el cuello y lo tenía hacia atrás», señala la vecina.

A pesar de la rápida actuación de los agentes de la Policía Local no se pudo hacer nada para salvarle la vida. Todo apunta a que el fallecido, quien parece ser vivía en una villa por detrás de la Ópera y era ingeniero, seguía ayer su rutina diaria. Los vecinos señalaron que era habitual verle en ese establecimiento a primera hora de la mañana tomándose un café. Justo como fue encontrado por los agentes y los testigos oculares del suceso, quienes afirman que «estaba sentado en la silla, con el periódico en la mesa, el café y una copa».

La propietaria del quiosco señaló que el presunto agresor estaba dentro del establecimiento «como perdido» y, al cabo de una hora, «lo han sacado esposado». Se espera que el detenido pase a disposición judicial tras prestar declaración ante la Guardia Civil.