La Guardia Civil detuvo ayer en Almoradí a una mujer española de 51 años por un presunto delito continuado de estafa bancaria y un delito continuado de falsedad documental. Dicha estafa asciende a la cantidad aproximada de 1.500.000 dólares, unos 1.282.650 euros al cambio. La detenida llevaba un alto nivel de vida, poco acorde a las capacidades económicas de una empleada de banca y tanto ella como su pareja disfrutaban de exóticos y caros viajes por todo el mundo, de los que alardeaban, sin reparo alguno, por las redes sociales, según informaban desde la Comandancia.

Un ciudadano ruso de 80 años denunció hace un mes ante la Guardia Civil de Almoradí que sospechaba que una trabajadora de su entidad bancaria le había sustraído un millón y medio de dólares, moneda con la que él habitualmente realizaba las transacciones, a lo largo de los 25 años que había sido cliente de esa entidad. Esta denuncia llamó la atención de los agentes, tanto por la cantidad de dinero, como por los años que decía que le habían estado estafando.

Fue en el año 1992 cuando este hombre llegó a Rojales y abrió una cuenta bancaria. Enseguida entabló una relación de confianza con la gestora comercial de la sucursal donde la abrió, con la que tenía un trato personalizado, cada vez que le atendían en el banco. Confiado de la profesionalidad de esta persona, apenas solía pedir extractos de su cuenta para consultar su saldo. Su sorpresa vino cuando, en junio del presente año pidió un extracto más detallado de su cuenta y se encontró con que le faltaba millón y medio de dólares.

La Guardia Civil estudió los movimientos de tarjetas, retiradas de efectivo y traspasos. Casualmente, la mayoría de movimientos coincidían cuando el denunciante se encontraba en su país de origen, Rusia. Estos movimientos, por consiguiente, nunca fueron autorizados por él. Es más, cada vez que este ciudadano iba a su país, su cuenta bancaria le menguaba un poco más, aunque cuando éste regresaba y solicitaba un extracto bancario, todo parecía «normal», ya que la trabajadora de la entidad le aportaba documentos no oficiales, y falsificados por ella, para hacerle creer que su cuenta tenía el saldo que él esperaba y ocultar las irregularidades.