Día 1 de agosto. La Ciudad de la Justicia de València es un pueblo fantasma en el que unos pocos funcionarios, algunos fiscales y algún que otro juez apuran su trabajo antes de marcharse de vacaciones. La actividad judicial es nula, con la única excepción de los juzgados de guardia, y los bares de los alrededores, habitualmente frecuentados por letrados o policías que acuden como testigos a los distintos juicios, están vacíos. Fue este el escenario escogido por dos atracadores para asaltar ayer a plena luz del día una sucursal bancaria situada a escasos metros de la salida de los juzgados y justo enfrente de la terraza donde en día normal de trabajo jueces, funcionarios y agentes de la ley se toman un ligero respiro.

El lado negativo para los delincuentes es que el dinero que esperaban obtener del pago de las consignaciones judiciales, que muchos acusados o condenados abonan en dicha sucursal bancaria, era mínimo. Así, las fuentes consultadas por este periódico aseguran que los atracadores apenas se llevaron un exiguo botín tras el robo.

El atraco se produjo pocos minutos después de las doce del mediodía de ayer en una sucursal bancaria del Santander de la calle peatonal Poeta Josep Cervera y Grifol. Los dos atracadores, que ocultaban su rostro con capuchas, irrumpieron en la misma tras comprobar que en la terraza del bar situado justo delante, y que de normal está plagado a esas horas de responsables de la judicatura o agentes de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado, estaba prácticamente vacío con apenas unos turistas, quienes no se percataron de lo que estaba sucediendo.

De hecho, el robo fue muy rápido y silencioso. «Nosotros nos hemos enterado cuando han llegado los coches de policía», explicaba un camarero del establecimiento. Responsables de la sucursal confirmaron que se trataba de dos personas, uno de ellos armado con una pistola, pero que no habían llegado a agredir a nadie, ni a trabajadores ni a los clientes que en ese momento se encontraban dentro.

Rápidamente los dos atracadores huyeron del lugar llevándose un botín no muy elevado, ya que ni siquiera trataron de acceder a la cámara acorazada consciente de que el tiempo de retardo de apertura jugaba en su contra.

Hasta el lugar acudieron agentes del grupo de Policía Científica, quienes tomaron huellas en la puerta de acceso y analizaron otros vestigios que puedan permitir identificar a los presuntos delincuentes. El grupo de Atracos de la Policía Nacional se ha hecho cargo de la investigación y revisan las cámaras de la zona para poder seguir los pasos de los atracadores.