La familia de Pilar Garrido, la vecina de Massalavés fallecida en México en circunstancias aún por determinar, va a intentar agilizar, junto a la colaboración plena de la Generalitat Valenciana y de la Embajada española en México, los tiempos de repatriación de los restos que la policía mexicana encontró hace unos días en Tamaulipas y que, según indican, confirmaron que pertenecían a Garrido al practicarle pruebas de ADN que cotejaron con las del hijo.

No obstante, la familia desde el principio ha pedido una segunda prueba, basada en una radiografía de sus molares, la cual, según ellos, otorgaría «una confirmación en solo 24 horas».

En un principio se pensaba que la citada prueba podría llegar hoy a España, pero ahora no está claro si será así, aunque tanto desde el gobierno valenciano como desde la familia se exige que no se demore mucho más. Y para ello se van a reunir hoy a tres bandas para agilizar tanto esta prueba como la definitiva repatriación de los restos.

Lo que sí indicaron fuentes oficiales es que «el procurador nos informó que se había llegado a un acuerdo con la madre (de Garrido) de mantener los restos todavía en Tamaulipas, en Ciudad Victoria, para que pudieran concluir algunos estudios», dijo el portavoz de Seguridad de Tamaulipas, Luis Alberto Rodríguez. El portavoz señaló que, aunque la pruebas de ADN confirmaron que los restos óseos encontrados el 26 de julio eran de Garrido, de origen valenciano y de 34 años, faltan todavía «algunos periciales para esclarecer los hechos (...), las circunstancias del crimen». Aunque agregó que no hay fecha de entrega de los restos de Garrido, aclaró que no estarán en posesión de la autoridad mexicana de manera «indefinida». Asimismo, también se llegó a un acuerdo con la madre, que se desplazó hasta Ciudad Victoria para dar seguimiento al caso, para hacer llegar a España los estudios de molares.

De esta manera, la familia podrá corroborar, mediante pruebas, si los resultados arrojados en México son los correctos. La familia de Garrido, madre de un bebé de un año, denunció que llevaba 15 días exigiendo al Gobierno y la Policía mexicana una placa de los molares del cadáver. Con esas radiografías «en 24 horas sabríamos si es Pilar», dijo Raquel, hermana de la víctima. Rodríguez dijo que las autoridades de Tamaulipas entienden «la inquietud» de la familia. Pero aseguró que los exámenes genéticosse hicieron con «alta tecnología».

Garrido vivía en México desde hacía tres años y desapareció el 2 de julio cuando volvía con su marido y su hijo a Ciudad Victoria, tras pasar unos días en la playa.