Antonio Navarro Cerdán, un hombre de 35 años con una vida aparentemente normal, ingeniero civil, especializado en el mantenimiento de carreteras, y que se ganaba honradamente la vida en una empresa multinacional de infraestructuras, fue encontrado ayer muerto a cuchilladas en su garaje de la calle Calamocha de València, a escasos metros de la Comandancia de la Guardia Civil. El cadáver presentaba varias heridas a la altura del corazón y junto a éste los agentes de la policía encontraron un vehículo con la ventanilla fracturada, por lo que una de las hipótesis que barajan los investigadores es que la víctima sorprendiera a un ladrón y éste arremetiera contra él.

Fue un vecino de su misma finca quien halló el cuerpo sin vida de Antonio ayer al mediodía cuando fue a dejar su motocicleta en su plaza del garaje, situada justo frente a la plaza del vehículo del fallecido, en la última de las cuatro plantas de este aparcamiento comunitario al que tienen acceso vecinos de varias fincas de esta misma calle. «Vi un coche machado, no sabía si era sangre, y unas piernas que sobresalían», relata el testigo, quien reconoce que en un primer momento, al ver el cuerpo entre un coche y la pared del garaje, pensó que se trataba de un borracho que se había caído.

Al acercarse le tocó con el pie, y, tras comprobar que no se movía y que parecía estar muerto, corrió a toda prisa al cuartel de la Guardia Civil, situado a escasos 200 metros del lugar en el que se produjo el crimen. Un agente de la Benemérita fue el primero en acercarse a corroborar los hechos y dio el aviso inmediatamente a sus compañeros de la Policía Nacional. No cabía ninguna duda de que se trataba de una muerte violenta, ya que a simple vista se apreciaba una cuchillada a la altura del corazón.

Hasta el citado garaje, en el número 14 de la calle Calamocha de València, acudieron agentes de la Policía Local y de la Policía Nacional, así como una ambulancia del SAMU, aunque los sanitarios únicamente pudieron certificar el fallecimiento de esta persona. Asimismo, estando en el lugar llegó la mujer del fallecido, quien volvía a casa después de su guardia en un hospital de la ciudad. Cuando le informaron de que su pareja yacía muerta en el garaje la mujer sufrió una crisis de ansiedad y tuvo que ser atendida por el personal sanitario en la ambulancia.

El Grupo de Homicidios de la Policía Nacional se hizo cargo de la investigación del caso y por el momento no se han producido detenciones. Asimismo, los agentes peinaron la zona en busca del arma homicida ya que tras revisar el garaje no se encontró ningún cuchillo u arma similar. Ante la posibilidad de que el presunto asesino se hubiera deshecho de la misma en las proximidades, la policía revisó contenedores, alcantarillas y los bajos de los coches estacionados en dicha calle.

Entre las 14.15 y las 15.20 horas

Por su parte, agentes del grupo de policía científica tomaron muestras en la escena del crimen en busca de vestigios que permitan identificar al autor o autores de la muerte de esta persona. Los vecinos del fallecido aseguran de él que era «un buen chico». «Llevaban solo un año viviendo aquí pero es muy buena gente», indicaban los vecinos de la pareja, quienes no se explican qué pudo ocurrir.

Sobre la hora en la que se produjo el crimen, su mujer explicó a los agentes que llevaba rato tratando de localizarlo y que, al parecer, no había ido al trabajo esa mañana. No obstante, el testigo que encontró el cadáver aseguró a este periódico que a las 14.15 horas, cuando cogió su moto del garaje, no vio nada raro y de haber estado ya el cuerpo se habría percatado. De ahí, que la franja horaria en la que se habría producido la muerte se encuentra entre las 14.15 y las 15.20 horas de ayer.

El Juzgado de Instrucción número 14 de València ordenó el levantamiento del cadáver minutos antes de las seis de la tarde. A la espera del resultado de la autopsia, la víctima presentaba varias cuchilladas en el pecho, al menos dos de ellas a la altura del corazón.