Detrás de la desaparición de Pilar Garrido, la valenciana asesinada a principios de julio en México, se escondía un nuevo caso de violencia machista. Lo que muchos sospecharon desde el primer momento y que ahora, tras las investigaciones de la policía federal y la Procuradoría de Tamaulipas, se ha acreditado con las suficientes pruebas como para llevar ante la Justicia a su marido, detenido el martes y quien ya se encuentra entre rejas. Un juez mexicano ordenó ayer el ingreso en prisión preventiva de Jorge F. G. acusado del presunto asesinato de su esposa, según informaron fuentes del Tribunal de Justicia mexicano.

Durante la audiencia inicial del caso, que se prolongó durante más de quince horas, el marido de la valenciana siguió defendiendo su inocencia y mantuvo nuevamente la versión del supuesto secuestro que trató de hacer creer a los investigadores para desviar las pesquisas sobre él. No obstante, el fiscal Irving Barrios, responsable de la Procuraduría General de Justicia del estado de Tamaulipas, donde se produjo el crimen, explicó que hay un «cúmulo de medios probatorios» que lo incriminan directamente en la muerte de su mujer el mismo día en que ésta desapareció, el pasado 2 de julio.

Tal es así que el juez lo procesa por un «homicidio calificado», según estas mismas fuentes, al entender que actuó con premeditación y alevosía. Lo que en la justicia española sería un delito de asesinato. Según detalló el propio fiscal, el acusado le propinó un golpe en la nariz a su esposa, que le hizo perder el equilibrio, golpeándose posteriormente contra una piedra o una superficie dura, que le causó un traumatismo en la región occipital del cráneo.

Según determinó la autopsia, bastante compleja debido al estado en el que fue encontrado el cadáver 24 días después del crimen, la causa de la muerte no fue el golpe en la cabeza sino una «asfixia mecánica». Concretamente, una vez en el suelo y con su víctima indefensa, el procesado presuntamente estranguló a Pilar, como así demuestra una factura del hueso hioides.

El móvil del crimen

El matrimonio llevaba tres años residiendo en México y aunque la familia de la valenciana siempre ha defendido que la relación entre ambos era buena, una amiga de Pilar relató ayer que la actitud de Jorge con su esposa era machista y despectiva. Según pudo presenciar en varias ocasiones, ésta era víctima de maltrato psicológico por parte de su marido, quien la menospreciaba y la trataba «de una forma ruda, grosera, incluso agresiva», incluso delante de la gente.

Respecto a si Pilar quería regresar a España harta de su esposo, la hermana de la valenciana aseguró tras dar a conocer la desaparición en los medios que jamás hablaron de ello, y que solo tenían planeado un viaje juntos para ver a la familia, pero que no barajaba abandonarlo y volver sola con el hijo de ambos, de un año. Del mismo modo, tampoco su madre detectó nada durante los meses de convivencia que pasó con la pareja en Ciudad Victoria (México) poco antes del crimen.

Jorge F. G., quien trabajaba como profesor de Criminología e instructor de policías, trató de ocultar su crimen fingiendo un secuestro, pero las numerosas contradicciones y lagunas en su relato lo han llevado a prisión.