La Guardia Civil de Alicante ha detenido a seis personas e investigado a una séptima como presuntos miembros de una organización criminal dirigida por un presunto capo de la mafia italiana que ha estafado 2,5 millones de euros a empresas de productos hortofrutícolas de Cox, Betxí y La Rinconada (Sevilla). Las detenciones se han realizado en Almoradí y en municipios de Murcia y Valencia. Entre los detenidos figura el dueño de un locutorio de la localidad valenciana de Real, que además era el imán de la mezquita de este municipio.

El Equipo ROCA de la Guardia Civil de Torrevieja, dedicado a investigar robos en el campo, inició la investigación tras la denuncia de una empresa de Cox que aseguró haber sido engañada en la venta de gran cantidad de productos del campo, más dos millones de kilos, y que el importe que les adeudaban eran de casi dos millones de euros.

Los hechos comenzaron en diciembre de 2016 cuando la empresa recibió la visita de un supuesto representante de una de la más importante cadena de supermercados ingleses, ofreciendo la posibilidad de cerrar un acuerdo comercial para la venta de productos hortofrutícolas españoles. La empresa realizó numerosos contactos a través del representante, y de otro miembro de la banda, que decía llamarse "Rafael" y ser el jefe de ventas de la cadena en España, con varios teléfonos de supuestos empleados de la cadena inglesa y a través de correo electrónico y Whatsapp.

Todos estos mensajes de correo electrónico, y en los documentos que le facilitaba el llamado Rafael, tenían una apariencia totalmente fiable, incluso los enlaces a las páginas web se realizaban a dominios idénticos a los de la cadena. De esta forma, la empresa decidió llevar adelante el negocio, y comenzaron a preparar pedidos. Después de más de un mes enviando camiones con mercancía, los plazos para el pago de las mismas comenzaban a cumplirse, sin recibir ni un solo euro.

Al empezar a reclamar a "Rafael", llegaron las primeras excusas para ganar algunos días más de plazo, en los que se seguían sirviendo pedidos. Los viajes, problemas con transferencias y demás pretextos dejaron de ser escuchados por la empresa cuando el representante, de repente, desapareció, y la empresa dejo de tener contacto total con la supuesta cadena de supermercados y les dejaron una deuda de casi dos millones de euros.

Los agentes comenzaron la investigación con toda la documentación que tenía la empresa, entre los que se encontraban los documentos "CMR" (albaranes para el Transporte Internacional de Mercancías por Carretera), en los que ya pudieron observar incongruencias en la confección de los mismos. Puestos en contacto con la cadena de supermercados, sus representantes negaron haber tenido ningún contacto con la empresa alicantina, y a la vista de lo sucedido decidieron poner también una denuncia por suplantación de identidad en su país, el Reino Unido.

Los organizadores de la millonaria estafa, habían usado camiones de dos conocidas empresas de transporte internacional, con base en Murcia, Almería y Rumanía. En total habían participado 65 camiones, que transportaron 1.200 toneladas de limones, 400 de naranjas, 300 de mandarinas, 100 de tomates, 100 de pimientos, 100 de ajos morados, 50 de judías, 50 de granadas,50 de berenjenas y 50 de calabacín

Sin embargo, los investigadores descubrieron que los camiones no pertenecían a esas empresas transporte. Habían serigrafiado los remolques de los tráiler con los logotipos de las empresas, para dar más veracidad a la estafa y desviar la atención a éstas, pero en realidad incluso las placas de matrícula eran falsas. Al parecer, los camiones pertenecerían a la organización criminal, y eran usados dentro del territorio nacional gracias a estas falsificaciones.

Los camiones recogían la mercancía en la empresa de Cox, y partían dirección al Reino Unido, como marcaban los documentos oficiales que estaban falsificados. Al llegar a la provincia de Valencia, paraban en polígonos industriales poco vigilados para cambiar la carga a otro camión, cuyas matrículas y hojas de transporte ya contenían la ruta real: dirección a Rumanía. Los agentes también dirigieron la investigación a los números de teléfono que se habían utilizado y a los dominios falsos con sus cuentas de correo electrónico, solicitando para ello información a las compañías proveedoras de servicio. En este punto, la investigación se tornó muy complicada, ya que los cabecillas de la organización, habían ocultado su presencia en todos los procesos, utilizando "mulas" o "pagadores" ajenos a ella.

Estas personas, generalmente sin recursos y de muy bajo perfil social, se encargaban de realizar trabajos como poner su identidad a la hora de realizar envíos de dinero, o de dar de alta líneas de teléfono, a cambio de cantidades irrisorias (20 o 30 euros a lo sumo, por cada gestión), sin ni siquiera conocer a las personas que les encargaban los trabajos.

Los agentes también descubrieron que habían dado de alta diversas líneas con identidades falsas, y siempre en un locutorio de la localidad de Real en Valencia. Al parecer, el dueño del locutorio, que era además el imán de la mezquita de la localidad, daba de alta las tarjetas de teléfono sin pedir ninguna documentación, alquilaba vehículos para los jefes de la organización y también conseguía personal para hacer el trasbordo de carga de los camiones.

Durante el registro del locutorio, fue encontrada documentación perteneciente a los CRM falsos de los transportes desde la empresa de Cox. Tras nueve meses de gestiones, análisis de documentación, entrevistas con empresas perjudicadas y seguimiento de sospechosos, el Equipo ROCA de la Guardia Civil logró identificar al representante, cara visible de la organización, y que tenía su domicilio en un chalet de la localidad de Lorquí (Murcia). Una vez detenido "el representante", que resultó ser un hombre valenciano de 69 años, los agentes comenzaron a detener uno a uno al resto de miembros de la organización.

El siguiente en caer sería el jefe de ventas, "Rafael", un cordobés de 58 años, que fue detenido en La Pobla de Vallbona, su lugar de residencia. También fueron detenidos "los pagadores", un hombre de 44 años y una mujer de 42, ambos españoles, en la localidad de Montserrat, y cuya misión dentro de la organización era realizar los pagos y gestiones de otros miembros de la organización. El dueño del locutorio también fue detenido, un egipcio de 54 años, en la localidad de Real, quien gestionaba las tarjetas y gestionaba las necesidades logísticas de la organización.

Finalmente fue detenido en Almoradí el "jefe", que no era otro que el llamado "Capo", un italiano de 46 años, que al parecer podría pertenecer a la mafia italiana que opera en el sureste de Italia, y cuyas conexiones internacionales facilitaron el desvío de la mercancía española para ser vendida en mercados, principalmente de Rumanía, pero también de Francia e Italia.

La investigación ha revelado que, además de las estafas cometidas en una empresa de Cox, también habían cometido otras dos estafas, una por valor de más de 80.000 euros en la localidad de Betxí y otra en La Rinconada (Sevilla) por más de medio millón de euros. También habían intentado lo mismo, sin éxito, en otra empresa de la localidad valenciana de El Puig.

Tras la detención de todos los miembros, la organización criminal ha quedado totalmente disuelta. Los seis detenidos han sido puestos a disposición judicial, en los Juzgados de Orihuela y Llíria (Valencia), siendo decretado el ingreso en prisión incondicional para los dos cabecillas, siendo los demás puestos en libertad con cargos, a la espera del juicio. Además, la Guardia Civil investiga a la mujer de uno de los detenidos, una española de 58 años, que quiso poner en conocimiento del jefe de la organización la detención de su marido, con el fin de facilitarle la huida.