El subinspector Blas Gámez Ortiz tenía 51 años y una brillante hoja de servicios acumulada durante los más de 28 años que llevaba en el Cuerpo Nacional de Policía. Nacido en València, casado y padre de dos hijos, había sido condecorado con la cruz al mérito policial con distintivo blanco en 2002, con una cruz y una medalla a la dedicación al servicio policial -por los 20 y los 25 años en la policía, respectivamente- y tenía en su haber 83 felicitaciones por los numerosos y brillantes servicios policiales en los que había participado, casi siempre dentro del grupo de Homicidios de la Policía Nacional de València, de la que era uno de sus miembros más veteranos y donde era tremendamente querido y respetado.

Enamorado de su trabajo, Blas ingresó en la Policía Nacional en 1989. Tras un primer destino en el País Vasco, entró en el grupo de élite de asalto de la Policía Nacional, los GEO (Grupo Especial de Operaciones), donde prestó servicio entre 1992 y 1995. Tras ascender a oficial, pidió su traslado a València e ingresó en el grupo de Homicidios, donde ha permanecido hasta ahora.

El subinspector Blas Gámez no sólo era una referencia dentro de Homicidios y de la Brigada de Policía Judicial, sino que además era un hombre querido por todos por su excelente calidad humana y profesional, que le hacía dejar amigos allí por donde pasaba.

Trabajador incansable, la otra gran pasión de su vida, además de su esposa y de sus dos hijos, eran el deporte y la vida sana. Amante del ciclismo y del atletismo, dedicaba todo el tiempo libre que le permitían sus ocupaciones a practicar ambos deportes, e incluso había competido en distintos duatlones, tanto en Valencia como fuera de la provincia. Incluso en su tiempo de vacaciones, como este mismo verano, se dedicaba a recorrer los puertos más míticos de carreras como el Tour de Francia o la Vuelta a España.