La Jefatura Superior de Policía de Valencia ha sacado a la calle 120 agentes de unidades de investigación y de las siete comisarías de distrito para que asuman labores de orden público con el fin de paliar la falta de plantilla especializada en intervenciones callejeras tras haber enviado a Cataluña a todos sus antidisturbios, dentro del programa del Ministerio del Interior para reforzar la seguridad en esa comunidad autónoma de cara al referéndum previsto para el próximo domingo 1 de octubre.

La medida pretende mantener el control en la ciudad de València y en otros municipios donde pueda haber concentraciones pro y anti referéndum, tanto esta semana como la que viene, después de haber enviado más de 300 agentes en los últimos 10 días a Cataluña.

Valencia dispone habitualmente de 250 agentes de la Unidad de Intervención Policial (UIP) distribuidos en cinco grupos de 50 integrantes cada uno, a los que se suman el casi centenar de agentes que forman la Unidad de Prevención y Respuesta (UPR), especialistas también en «control de masas», en terminología policial.

De los primeros, sólo queda un subgrupo (25 agentes), que precisamente tuvo que emplearse a fondo el lunes por la tarde para evitar que las bravuconadas de un grupo de ultraderecha, alentado por España 2000, acabaran en batalla campal con antifascistas a las puertas del Teatre Micalet, donde partidarios el derecho a decidir de Cataluña celebraban un acto. En cuanto a la UPR, todos sus efectivos han sido enviados ya a Cataluña.

Ocho grupos de 15 agentes

Pero no sólo quedarían desatendidas concentraciones o incidentes relacionados con el 1-O. La UIP y la UPR asumen, además, la seguridad pública en grandes eventos, como son los partidos de fútbol, los conciertos y, en general, cualquier celebración que aglutine a un número elevado de personas. Además de los controles antiterroristas, que siguen siendo preceptivos, dado que España continúa en el nivel 4 reforzado de alerta (en una escala de 5) por el riesgo de atentados yihadistas, más real que nunca desde la masacre de Barcelona.

Así las cosas, y para paliar esa reducción brutal de presencia policial uniformada en la calle y de agentes con armas largas en puntos sensibles, la jefatura ha ideado sacar 120 agentes de las siete comisarías de distrito y de las unidades de investigación, mermadas ya tras haber enviado al menos dos contingentes a distintos puntos de Cataluña para reforzar la instrucción de diligencias que seguirán a las detenciones que se prevén el domingo en los municipios catalanes que persistan en llevar a cabo el referéndum.

Esa nueva unidad de acción e intervención en la calle estará integrada por ocho grupos -uno por cada comisaría de distrito más un grupo mixto formado por investigadores de las brigadas de Policía Judicial y de Extranjería y Fronteras- de 15 agentes cada uno.

Uniformes listos y 0 permisos

Esos 120 policías -en su elección se ha tenido en cuenta su experiencia previa en la UIP o en la UPR- comenzaron ayer, día 26, su labor de control en la calle y la unidad se mantendrá en tanto en cuanto no regresen los «titulares», esto es, hasta que quede normalizada la situación en Cataluña y los refuerzos enviados vuelvan a sus destinos. Todos los agentes de la nueva unidad provisional han sido provistos de casco y el resto de elementos que incluye como dotación el uniforme de los policías adscritos a las unidades de intervención.

Y esa no es la única medida puesta en marcha tras la escalada de tensión en Cataluña. Además de haber enviado a los integrantes de la UIP y de la UPR, así como a agentes de paisano de Policía Judicial y de Información, la jefatura ha ordenado a todos los policías que prestan habitualmente servicio de paisano -todas las unidades de policía judicial, tanto de la jefatura como de las comisarías, así como la Policía Científica, los grupos de investigación de Extranjería y toda la brigada de Información- que tengan listo su uniforme «ante cualquier eventual intervención, ya sea en su demarcación habitual o fuera de ella».

Además, no se concede ni un solo permiso ni libranza por asuntos propios, salvo los pactados antes del conflicto de las dos últimas semanas. De hecho, quien está de vacaciones ha podido disfrutarlas sin interrupciones.