Francisco y María Josefa, propietarios de un bar en Pedralba, fueron también víctimas de la banda de ladrones que asaltó y mató a un vecino de Llíria de 56 años cuando éste se encontraba durmiendo en su chalé. En su caso corrieron mejor suerte que «El Pelaílla», pero saben que podían haber sido ellos los que ahora no podrían contar lo sucedido. «Nada más abrir el bar entraron tres encapuchados con una pata de cabra, una recortada y una pistola», recuerda el dueño. «A mí me sacaron de la cama en pelotas apuntándome con la pistola, me tiró del brazo y me pegó con la punta en la cabeza», relata la agredida, quien se encontraba con su nieto de trece años y tuvo que recibir varios puntos de sutura por una brecha abierta en el cráneo.

El juicio contra los seis acusados por el asesinato de Miguel Veses y quince robos, entre ellos el asalto a este matrimonio de Pedralba, comenzó ayer en la Sección Tercera de la Audiencia Provincial de València. El Ministerio Fiscal solicita para cada uno de ellos penas que van desde los 24 a los 40 años de cárcel por los delitos de asesinato, robo con violencia en casa habitada, lesiones con instrumento peligroso, receptación y contra la salud pública.

Alega indefensión

No obstante, uno de los acusados alegó indefensión por no haber podido entrevistarse con su letrado en todo este tiempo tras ser trasladado de centro penitenciario y obligó a posponer la vista oral. Aunque la sala se negó a suspender el juicio, optó por retrasar la declaración de los acusados un día para eliminar cualquier posible motivo de invalidación posterior.

Las víctimas del asalto de Pedralba, ocurrido el 3 de enero de 2015, apenas unas semanas antes del crimen, también tendrán que volver otro día a declarar como testigos debido a esta estratagema del acusado. «Nos tuvieron tirados ahí en el suelo tres cuartos de hora en el robo y ahora nos hacen volver otro día», criticaba Francisco, molesto por tener que dejar su negocio otra mañana más. Sólo espera que por lo menos sus agresores paguen por la muerte de «El Pelaílla» y por su oleada de robos.

El asesinato

El crimen se produjo en la madrugada del 22 de enero de 2015 en la urbanización San Miguel de Llíria cuando cuatro de los acusados irrumpieron en el chalé de El Pelaílla con el rostro oculto con pasamontañas y armados con una pistola simulada, un cuchillo, una pata de cabra y otro objeto metálico alargado con el que le golpearon. Un quinto miembro de la banda se quedó dando vueltas en el vehículo haciendo labores de vigilancia.

Los delincuentes sorprendieron a su víctima mientras éste dormía, según la Fiscalía, y no le dieron posibilidad alguna de defensa. De ahí, que los hechos hayan sido calificados de asesinato y no de homicidio, al apreciarse la circunstancia de alevosía.

No fue hasta la mañana siguiente cuando el hijo del Miguel Veses encontró a su padre maniatado y sin vida al ver que no llegaba al almuerzo al que habían quedado con unos amigos. Además, esa misma mañana había sido localizado su vehículo en una localidad de Castelló. Sus propios asesinos habían huido en él para deshacerse del coche, aunque fue esta la primera pista que llevó a la Guardia Civil hasta los sospechosos.

Los acusados se apoderaron en dicho robo de un televisor, un equipo de música, dos teléfonos móviles, el coche de su víctima, una cadena de oro, una pequeña cantidad de cocaína y dinero en efectivo. El fiscal solicita que los seis acusados indemnicen solidariamente al hijo del fallecido con 100.000 euros por su muerte, más los intereses legales correspondientes.