El abogado de tres de los acusados por la supuesta violación grupal de los Sanfermines, Agustín Martínez Becerra, ha afirmado en la presentación de su informe de conclusiones que los hechos "fueron consentidos, no hubo agresión sexual, sino una relación consentida y placentera", y ha defendido que los acusados "no deben pasar ni un día más privados de libertad".

Durante una exposición de casi dos horas en la vista oral del juicio, el abogado ha afirmado que "probablemente" sus clientes "no son modelo de nada, pueden ser verdaderos imbéciles, con comportamientos en sus mensajes infantiloides, pero son buenos hijos, algunos tienen trabajos y otros lo intentan, están unidos a sus familias y a sus amigos, pero su imagen ha sido destrozada sin que hayan cometido los delitos de los que se les acusa".

Agustín Martínez Becerra ha afirmado que sus clientes "no agredieron sexualmente, no vulneraron la intimidad, y no robaron el teléfono móvil" de la joven denunciante.

Según ha defendido, "el 7 de julio de 2016 no hubo ninguna agresión sexual en la calle Paulino Caballero". "¿Alguien piensa que iban a salir tan tranquilos del portal, sin salir tampoco de la zona de los hechos, si hubieran cometido una agresión sexual? No habían agredido sexualmente a nadie y no tenían nada que ocultar", ha sostenido.

Además, ha afirmado que de los vídeos que grabaron los acusados "no se puede extraer la existencia de una agresión sexual, es una película porno y en ningún caso es una película de ciencia ficción", y ha considerado que "se trata de una relación sexual consentida y placentera". Del mismo modo, ha afirmado que en el juicio "no se ha acreditado" que la joven denunciante sufra estrés postraumático.

Por ello, ha solicitado la absolución de sus clientes, frente a la petición de más de 22 años de cárcel que defendieron este lunes la Fiscalía, la acusación particular y las acusaciones populares.

Son "imbéciles" en algunos aspectos

Martínez Becerra ha negado los cargos sustentados en unas pruebas "viciadas de origen". La suya ha sido la primera intervención de la última sesión del juicio, dedicada a las conclusiones de las defensas, y en ella ha repetido las declaraciones de la propia denunciante en las que admitió que por su comportamiento los acusados pudieron entender "que sí o que no" había consentido las relaciones sexuales.

"No son modelo de nada", incluso "imbéciles" en algunos aspectos, "simples" y "primarios" con el fútbol o las relaciones sexuales, "cuantas más mejor", pero son "buenos hijos" y se les "está destruyendo sin que hayan cometido el delito", ha asegurado instantes antes de pedir al tribunal su absolución.

"Relaciones consentidas"

El abogado Manuel Canales, defensor del militar acusado, ha afirmado la inocencia de su cliente y ha asegurado que la chica presentó denuncia por el "pánico" que sintió al pensar que se habían grabado las relaciones sexuales con su móvil.

El letrado ha subrayado en la última sesión del juicio, que la joven "no quería denunciar, se vio forzada por las circunstancias", necesitaba "buscar una solución, una salida" si las grabaciones estaban en su móvil, que sube las imágenes a Google automáticamente y quizá accedieran otras personas a la cuenta.

Y es que según este abogado, antes de llegar al portal donde sucedieron los hechos "acordaron todos ellos mantener relaciones sexuales".

Tras explicar que por eso eligieron en el portal un cubículo "que parece discreto", ha señalado que terminadas las relaciones los acusados "uno a uno, de forma escalonada, van saliendo", pero "no huyen" sino que "van paseando" y se detienen cerca, en el monumento al Encierro, a hablar con otras jóvenes.

Para Canales puede ser que a la chica le sentara mal que le dejaran diciéndole, "con malas formas, muy mala educación y fuera de las regla de la caballerosidad", que iban a "seguir la fiesta solos", "pero no huyeron".

Lo demuestran a su juicio las cámaras de seguridad" instaladas en la zona y también que ella saliera del portal dos minutos después y se quedara llorando en un banco "a 30 metros de ellos" sin pedir ayuda "a saber por qué".

El abogado ha refrendado también la inocencia de su cliente en el hecho de que identificados por la Policía Foral en la plaza de toros unas horas después "les dejan marchar", lo que les hace pensar que "no son los jóvenes a los que buscan porque ellos no han cometido ningún delito".

En todo caso su actitud fue "colaboradora y pacífica", una vez detenidos también, ofreciendo incluso los vídeos grabados "convencidos de que iba a ser la prueba que les iba a permitir salir".

"Las imágenes cierto que son interpretables dependiendo de quien las vea, pero lo que está esta claro es que se ve a un grupo de jóvenes practicando sexo", y analizadas por los peritos forenses "coinciden en que no hay agresión".

Canales ha añadido que en la exploración ginecológica de urgencias "no se encontró lesiones de ningún tipo", ni anales ni vaginales, salvo "un rozamiento que se produce en las relaciones sexuales consentidas".

"No hay prueba que corrobore la versión de la denunciante", ha dicho, y ha agregado que la joven "incurrió en múltiples contradicciones" y ya en la sala admitió que "nadie en ningún momento le dijo que se sometiera, que fue una percepción de ella".

Los acusados, ha concluido, "nunca supieron que ella no quería hacer nada porque las relaciones fueron consentidas".