Después de años viviendo en Mallorca, había venido a pasar unos días a casa de un amigo en Gandia, pero un día después de su llegada, sin saber cómo ni por qué, propinó una brutal paliza a su padre, quien cuatro días después fallecía en el hospital como consecuencia de los graves traumatismos que le causó en la cabeza.

Según el acusado de un delito de asesinato, la relación con su progenitor era buena, aunque admite que no le avisó de su llegada a Real de Gandia. Su defensa sostiene que había bebido tanto ese día que no era consciente de sus actos y pide la eximente completa por intoxicación aguda de alcohol.

No lo entiende así la Fiscalía, que pide catorce años de prisión por un delito de asesinato, al contemplar la circunstancia de alevosía, ya que golpeó violentamente a su víctima sin que éste tuviera posibilidad alguna de defenderse, y la agravante de parentesco. Asimismo sí aprecia una eximente incompleta por la embriaguez.

Los hechos se produjeron en la noche del 24 de junio de 2016 en el domicilio del anciano, en la localidad de Real de Gandia. Salvador C. alegó ayer ante un Jurado Popular que ese día había estado bebiendo cazalla y vino, pero no recordaba la cantidad de alcohol que ingirió. Así, relató detalles lo que estuvo haciendo ese día hasta el momento en el que en un bar, una vecina, viendo su estado, lo acompañó hasta la casa de su padre. «No sé, me vería en mal estado, no estoy acostumbrado a beber, y me llevó para que me acostase», argumentó el presunto parricida.

Periodo de amnesia selectiva

Es ahí cuando empieza el periodo de amnesia selectiva que padece el acusado, según destacó el fiscal. De hecho, aunque asegura que no recuerda el crimen ni hechos concretos como si le abrió la puerta o subió solo por las escaleras, sí que manifestó que fue su padre quien le agredió primero y él se defendió. «Recuerdo vagamente que gritamos, supongo que estaría molesto con mi estado», explicó. «Acto seguido me cogió del cuello, que no quería verme más allí, y no sé, me defendería, no lo recuerdo».

El presunto parricida, que trabajaba como encargado de jardinería del Ayuntamiento de Palma de Mallorca, sostiene que no fue consciente de lo ocurrido hasta dos días después, cuando un guardia civil le dijo que se había pasado dándole golpes a su padre. Del mismo modo, negó la frase que supuestamente dijo a los agentes tras su detención y que consta en instrucción: «Esto tenía que haber pasado antes».

Aunque reconoció que llevaba tiempo sin ver a su padre, el acusado asegura que la relación entre ambos era buena, que le llamaba una o dos veces al mes, o le preguntaba a su hermana por él. Incluso unos días antes de la paliza, en la que le hundió el cráneo a puñetazos, su padre le había ingresado dinero por su cumpleaños. Extraña forma de agradecer el regalo.