Los bomberos del Parque Comarcal del Baix Vinalopó han tenido esta tarde una salida poco habitual. El Hospital del Vinalopó ha requerido su presencia para retirarle el anillo de acero a un hombre del pene, que le había provocado la edematización del miembro viril por la ausencia de riego sanguíneo, y corría riesgo de perderlo. Un vehículo de jefatura con un sargento y un bombero se ha desplazado hasta el centro hospitalario para cortar, con una máquina de alta precisión, la pieza, que han logrado retirar sin ocasionar mayores daños. Se trata de una pequeña radial utilizada habitualmente en casos en los que hay que cortar anillos de las manos, debido a que el usuario no puede quitárselo por una inflamación o por el paso de los años. Por tanto, aunque entrenados para este tipo de situaciones, los efectivos desplazados han tenido que realizar esta insólita actuación por primera vez en su carrera profesional, según fuentes cercanas al parque.

La actuación ha durado cerca de 20 minutos, hasta que han podido retirar por completo el aro y restablecer el riego sanguíneo en la zona genital. Ahora, el hombre se recupera en el Hospital del Vinalopó, a la espera de analizar si ha habido secuelas derivadas de este aparatoso incidente. Por suerte, no se trata de una lesión habitual, aunque en Dénia ya se registró una actuación similar hace poco más de dos años.

Testículos atrapados

El caso recuerda al que hace poco tuvieron que hacer frente los bomberos de Torrevieja, cuando los efectivos de Emergencias tuvieron que "rescatar" un testículo atrapado en una silla a un hombre en un hotel de la ciudad. "Fue una de las llamadas más extrañas que habían recibido en su vida", declararon los bomberos del parque torrevejense. Un hombre, cliente de un hotel, que al parecer sufría demencia senil y que participaba en un viaje organizado, estaba atrapado por uno de sus testículos. Eran las once de la mañana y se envió un equipo de rescate tras comunicar al jefe del servicio el insólito servicio que se les estaba requiriendo. Nadie se tomó aquello a broma.

Los hechos ocurrieron cuando el hombre era auxiliado por dos cuidadores para darse una ducha. A fin de facilitarle una mejor posición, uno de ellos tuvo que coger, para sentarlo, una silla plegable, tipo tijera y de rejilla, que estaba en una de las terrazas, siempre según la versión facilitada por fuentes oficiales. Al parecer la silla era de material plástico. Sin saber explicar los motivos, el testículo quedó enganchado entre dos de los barrotes cuando fueron a sentarlo. La presión produjo un enorme dolor a esta persona mientras las dos personas que lo atendían decidieron llamar a urgencias porque el hombre se encontraba ensangrentado.

Los bomberos acertaron en cuestión de segundos en cómo liberar el testículo y solicitaron que esta persona fuera trasladada al Hospital Universitario de Torrevieja para una cura. Eran las 11.30 horas cuando el servicio se dio por concluido. Los clientes del establecimiento hotelero se mostraron sorprendidos por la presencia de los bomberos sin que, aparentemente, ocurriera absolutamente nada. Ese hombre había permanecido atrapado en esas extrañas condiciones una media hora que nunca olvidará. Los hechos ocurrieron en un establecimiento situado en la urbanización Cabo Cervera.

Los bomberos de Torrevieja tienen experiencia en rescates insólitos, aunque el de este hombre es el más extraño que recuerdan. El pasado mes de enero, sin ir más lejos, tuvieron que auxiliar a una niña de tres años que metió la cabeza entre los barrotes de una puerta de su centro escolar sin poder sacarla.