La joven, una tinerfeña de 19 años, salió con un grupo de amigos a una conocida discoteca de Puerto de la Cruz y acabó a la mañana siguiente caminando por las calles de La Laguna desorientada y con la sensación de tener un gran vacío en su memoria, de que la habían drogado en contra de su voluntad y de que la habían agredido sexualmente tres hombres. Ha declarado que los recuerdos le vienen como flashes, que empezó a sentirse mareada y luego con una semiinconsciencia que le abocaba a la absoluta "sumisión". También aparecen "un coche gris", "tres hombres", "un cuarto oscuro", alguien manteniendo relaciones sexuales con ella, al menos otro hombre tocándola, una incapacidad absoluta por escapar... "Abusaban de mí pero yo no podía zafarme".

La joven fue atendida al día siguiente en el Hospital Universitario de Canarias (HUC), que puso en marcha el protocolo ante posibles abusos sexuales y avisó al servicio de emergencias 112. Ella denunció luego ante la Policía Nacional de La Laguna que la habían violado y el caso pasó primero al Juzgado de Guardia de La Laguna y luego al Juzgado de Instrucción número 1 de Puerto de la Cruz, pues la presunta agresión ocurrió en la ciudad turística, tal y como ha detallado la chica.

La investigación judicial, por unos hechos que ocurrieron entre el sábado 7 de abril y el domingo 8 -es decir, hace poco más de un mes-, ha avanzado. La juez ha tomado declaración como investigado a un joven senegalés de 31 años, acusado de un delito contra la libertad e indemnidad sexual; busca a otros dos senegaleses, uno localizado en Austria, y ha tomado declaración a nueve testigos, tal y como han confirmado a la opinión de tenerife fuentes oficiales de la Policía Nacional y del Tribunal Superior de Justicia de Canarias (TSJC).

El imputado ha prestado declaración pero no ha sido detenido hasta el momento, en espera de que se conozcan los nuevos exámenes médicos que se han practicado a la tinerfeña de 19 años. Se le acusa de un delito genérico pues faltan pruebas para componer el puzzle de la presunta agresión, según ha informado el gabinete de comunicación del TSJC. Los delitos contra la libertad e indemnidad sexual, añade, son aquellos que atentan contra la libertad de elección sexual del individuo. Engloban en el Código Penal español los delitos de acoso sexual, agresión sexual, abuso sexual, exhibicionismo, provocación sexual y la corrupción de menores.

La titular del Juzgado portuense ha iniciado el proceso para llamar a declarar al sospechoso localizado en Austria, así como para encontrar a un tercer individuo que estaría involucrado en estos hechos. Al mismo tiempo, está pendiente de las nuevas pruebas médicas para determinar, entre otras cosas, si a la joven le fue suministrada sin su consentimiento alguna droga que anularía su voluntad -como ella ha declarado-, del tipo de la burundanga u otra sustancia que le provocase amnesia, alteración del juicio y pérdida transitoria de la memoria.

Relato pormenorizado

La denunciante ha relatado pormenorizadamente los acontecimientos ocurridos la noche del sábado 7 al domingo 8 de abril antes de caer en la semiinconsciencia. Quedó con unos amigos en La Guancha, luego fueron a buscar a otros a Icod de los Vinos y se dirigieron juntos a los exteriores de la discoteca para hacer botellón. Pasada la medianoche, siempre según la declaración de la joven, todos entraron en la discoteca. Contó que recuerda todo hasta la última copa, cuando el reloj se acercaba a las cuatro de la madrugada. Ahí empezó a sentirse mal.

El acta policial refleja que la chica salió al exterior del local para coger aire y, al sentirse indispuesta, volvió a entrar para verse con sus amigos pero empeoró. Al salir por segunda vez se sentó en la acera. Fue el momento a partir del cual empezó a borrarse todo y a solo guardar destellos. Los testigos han corroborado que la vieron hablar con tres chicos que estaban en un coche gris y que luego ella desaparecería en ese vehículo.

El investigado por presunto delito contra la libertad sexual, residente en Tenerife, era presuntamente el conductor. Fue localizado porque envió un mensaje a la chica a la mañana siguiente. "¿Todo bien? Saludos de tu chófer de La Laguna", le escribió. El joven senegalés alegó ante la Policía que fue ella la que le dio el número de teléfono y declaró, además, que la denunciante aceptó subirse al coche después de que él y dos amigos le ofrecieran conversación. Según su relato, al verla por fuera de la discoteca le dijeron si podían ayudarla. "Ella aceptó en todo momento", matizó a los agentes.

El joven de 31 años contó que de la discoteca se dirigieron a un piso de uno de sus amigos en el centro de Puerto de la Cruz, que éste le ofreció subir y que allí ambos mantendrían relaciones sexuales consentidas. Luego, se ofrecieron a llevarla a La Laguna, por deseo de la chica, y la dejaron en la avenida Trinidad. El investigado añadió que ella les había preguntado si podían conseguir hierba.

Dinero para la píldora

La joven ha negado en todo momento que mantuviera relaciones sexuales consentidas. "Tengo recuerdos de que uno abusaba de mí mientras al menos otro me tocaba", relató. Es más, también rememoró, tal y como consta en su testificación, que no solo la violarían, sino que le darían dinero -unos 20 euros- para que se comprara la píldora anticonceptiva del día después. Los primeros informes médicos adjuntados a la causa confirman que hubo relaciones sexuales, explicó a este diario el portavoz oficial del Cuerpo Nacional de Policía. Varios agentes se personaron en el HUC cuando el propio centro hospitalario puso en marcha el protocolo.

La Policía Nacional intentó encontrar imágenes de vídeo que pudieran haber sido tomadas dentro y fuera de la discoteca de Puerto de la Cruz esa madrugada pero no tuvo éxito. También está intentando localizar al tercer hombre que pudo haber participado en los hechos.