"Mi hermano era muy buena gente, una bellísima persona. No entendemos que haya pasado esto, que alguien haya sido capaz de hacerle algo así. Ahora solo queremos que encuentren a los culpables lo antes posible. Y que paguen todos los años de cárcel necesarios". Es la hermana de José, el abogado y poeta asesinado en el chalé familiar en Llíria en la madrugada del pasado viernes, 24 de junio, quien habla. Prefiere mantenerse en el anonimato y pide respeto hacia su familia y hacia la figura de su hermano.

José, de 56 años, era licenciado en Derecho, pero había desarrollado la mayor parte de su vida profesional en empresas especializadas en telefonía y redes, en las que había desempeñado cargos ejecutivos. Su mayor pasión, además de sus tres hijos, era la poesía. No solo había editado un libro de poemas, 'Mi casa vieja', sino que participaba activamente en recitales de poesía y tenía un taller literario a través de un blog.

"Somos una familia normal, con trabajos normales y una vida normal. Todavía no entendemos cómo ha podido pasar algo así. No me lo puedo creer. Es durísimo", confiesa su hermana, quien confía plenamente en que los responsables de la muerte de su hermano sean detenidos en breve.

Los agentes del grupo de Homicidios de la Guardia Civil de València, que han asumido la investigación, están centrando sus esfuerzos en conocer la identidad de las personas que estuvieron con José la noche de San Juan en su casa. El hombre pasaba unos días solo en la casa, ya que sus padres se encontraban de viaje en el municipio granadino del que es originaria la familia y con el que José tenía un vínculo muy estrecho.

Según las conclusiones provisionales de la autopsia, José murió como consecuencia de un fortísmo golpe en la cabeza que le provocó una fractura craneal y una fuerte hemorragia. Además, los forenses han detectado numerosos golpes por todo el cuerpo, especialmente en la cabeza y en la cara, aunque aún no está claro si fue atacado con un objeto o si las lesiones fueron infligidas con puñetazos y patadas.

El coche, una de las claves

De momento, la Guardia Civil mantiene un hermetismo absoluto para preservar la investigación, y aún no ha trascendido si los agentes descartan o no el robo como móvil principal o secundario de este homicidio. En principio, el salón, que es el lugar de la casa donde fue encontrado el cuerpo sin vida de José, tenía señales de lucha, pero también las propias de un registro realizado por quien busca algo.

Sin embargo, no había huellas de forzamiento en ninguna de las posibles entradas y tampoco en las ventanas, por lo que no parece probable que la víctima sorprendiese a hipotéticos ladrones en el interior del domicilio. Lo que sí está claro es que los autores de crimen desplegaron una gran violencia contra su víctima, de la que quedaron huellas patentes en la estancia y en otros puntos de la casa.

Los investigadores están ahora a la espera de los resultados de las huellas y muestras recogidas tanto en el chalé, ubicado en la urbanización Monte Blanco, como en el vehículo de José, un Peugeot 407 de color negro que los autores del homicidio utilizaron para huir con rapidez de la zona, lo que evidencia que no habían llegado a la casa por sus propios medios. El coche fue encontrado a 2,7 kilómetros de la casa, sin cerrar y con las ventanillas abiertas por agentes de la Policía Local de Llíria en la tarde del viernes, un día antes de que los tíos de José encontraron su cuerpo sin vida dentro de la casa, cuando los padres les pidieron que acudieran al chalé, alarmados porque su hijo no respondía ni a sus llamadas ni a sus mensajes.