Mª José Villalba, Alzira

Ante tal desasosiego, diversos los familiares del finado tuvieron que acudir al tanatorio municipal de Valencia en busca de los restos de su pariente. Su cuerpo estaba allí, pero identificado con un nombre equivocado, correspondiente a un vecino que iba a ser enterrado en Carlet, según afirma Mati Alcolea, la prima del fallecido de Alzira que acudió a identificar el cadáver.

Esta desagradable sorpresa ocurrió el pasado miércoles. Los familiares de D.V. esperaban que llegaran a Alzira los restos de su padre, que el día anterior habían sido trasladados al Instituto de Medicina Legal para realizarle la autopsia ya que había muerto, por causas naturales, unos días antes en su vivienda. "Al abrir el féretro en el tanatorio comprobamos que el cuerpo que había dentro no era el de mi primo, pero la sorpresa fue mayor al ver la pulsera identificativa llevaba escrito su nom

En ese momento, y gracias a la inestimable ayuda del personal del tanatorio Santos Patronos, Alcolea y una hija del fallecido se trasladaron al tanatorio municipal de Valencia.

Allí vivieron uno de los peores instantes de sus vidas, según aseguran, ya que, acompañadas del gerente del este lugar, entraron a una sala con la intención de determinar si el cadáver que se hallaba allí era el de su familiar. Y así fue, aunque lo encontraron "con un letrero en el que iba inscrito el nombre de otro hombre", matiza la prima del finado.

A pesar del mal trago que estaban pasando, los familiares del fallecido de Alzira pidieron explicaciones al responsable del tanatorio, a quien tacharon de "incompetente" por cometer un error que, más allá de atentar contra la dignidad de la persona muerta, estaba hiriendo todavía más los sentimientos de una familia destrozada por el dolor y había obligado a algunos allegados a ver el cadáver en un estado muy desagradable.

De hecho, debido a esta situación uno de los hijos tuvo que ser atendido en el centro hospitalario por una crisis nerviosa y por una lesión en la mano que se provocó por a histeria, mientras que otra hermana, después de pasar "el mal trago" de identificar el cadáver de su padre en Valencia está requiriendo atención psicológica.

Además, el imprevisto obligó a postponer el entierro a la mañana siguiente, con los derivados problemas que esto suponía para los seis hijos del fallecido que residen en Francia y que se trasladaron a Alzira para dar el último adiós a su padre.