La conquista de Valencia en 1238 y la posterior cristianización del territorio llegó cuando en Castilla ya se estaban construyendo grandes iglesias góticas, pero en Aragón predominaba el románico en la arquitectura religiosa. Pese a ello, son pocos los ejemplos de este tipo de construcciones en la C. Valenciana. A los restos encontrados esta misma semana en Ayora, en la Iglesia de Santa María la Mayor, apenas hay que sumar vestigios en otros puntos como la misma Valencia, Xàtiva o Sagunt.
Mientras que en Alicante su conquista tardía imposibilita el hallazgo de restos románicos, en Valencia se encuentran ejemplos destacables. Es el caso de la Puerta de la Almoina, del Palau o simplemente románica de la Catedral, que da al Palacio Arzobispal. Aunque comenzó a construirse a principios del siglo XIV, sigue el estilo románico arcaico. De hecho, esta puerta, restaurada en 1999, es similar a la puerta «dels fillols» de la Catedral de Lleida o a la portada de la Ermita de San Miguel de Foces en Ibieca (Huesca), entre otros templos con puertas con varias arquivoltas de mediopunto.
La conocida como cripta de San Vicente, en la prisión del santo, data del siglo VI y en ella se albergan los restos del obispo Justiniano, según se cree. Se trata de una cripta visigótica de estilo románico. También destaca la Iglesia del Salvador, situada en la calle Trinitarios. Es uno de los primeros templos construidos en la ciudad, como era habitual en el siglo XIII, sobre una mezquita musulmana. En el Salvador se celebró, según diversas crónicas, la primera misa en Valencia tras la entrada de Jaume I. Conforme crecieron las ciudades, también crecieron los templos. Homónima es otra iglesia, en este caso en Sagunt. Situada en la calle Valencia, data también del siglo XIII.
Pero los restos románicos más destacables se encuentran en Xàtiva. En el caso de la capital de la Costera, la ermita de Sant Feliu cuenta con una puerta románica que mira hacia la ciudad y ante la que se encuentra un pórtico que se asienta sobre columnas de distinto tamaño y fisonomía, lo que indica que son de procedencia romana y que fueron reutilizadas para el soportal.
A estos restos dispersos „no hay muchos tampoco en el resto de España, excepto en el Pirineo„ hay que sumar los hallados esta semana en Ayora. Marcos Roca, el restaurador del templo, advierte de que en los artesonados románicos, todavía pigmentados, encontrados en la Iglesia de Santa María la Mayor de Ayora, hay termitas, por lo que advierte de la necesidad de protegerlos cuanto antes. «Son unos restos de valor incalculable», advierte el experto restaurador.
