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Jardín del Turia

El dilema de un río que no llega al mar

Ribó presiona al puerto para recuperar la desembocadura del Turia - La APV vuelve al plan Bofill y propone que se desvíe a la Marina Real

El dilema de un río que no llega al mar

Muchos confían en que la llegada a la presidencia de la Autoridad Portuaria de Valencia (APV)del economista Aurelio Martínez sirva para dar fluidez a las relaciones entre la ciudad y el puerto. El actual responsable de la APV, catedrático de Economía Aplicada, fue durante su etapa como concejal y portavoz de la oposición socialista del Ayuntamiento de Valencia (1995-1999) un firme defensor de la conexión del Jardín del Turia con la fachada marítima y de la necesidad de compensar a los barrios del entorno del puerto, especialmente Natzaret, por los perjuicios ocasionados por la expansión portuaria. Aurelio Martínez, que en su toma de posesión ya anunció una nueva etapa de diálogo y búsqueda de encuentro con la ciudad, tendrá que enfrentarse ahora desde el otro lado a las reivindicaciones que el hizo en su día para la ciudad y que en muchos casos chocan con los intereses del puerto que ahora debe defender.

Una de las grandes reivindicaciones que le plantea el nuevo gobierno del tripartito (Compromís, PSPV y Valencia en Comú) que lidera Joan Ribó es la recuperación de la desembocadura del viejo cauce. Un proyecto que supone la culminación de la conexión verde de la ciudad con la fachada marítima y que es, junto con el Parque Central, la gran asignatura pendiente de Valencia.

El cauce del Turia fue desviado tras la riada de 1956 y años más tarde el lecho seco se salvó de convertirse en una autopista urbana y se cedió a la ciudad, que lo transformó en un gran jardín que vertebra la ciudad de oeste a este. Tres décadas después de la aprobación del plan especial del Jardín del Turia, aún sigue pendiente la conexión del jardín con la fachada marítima.

El tramo de la desembocadura es en la actualidad una gran alcantarilla a cielo abierto, canalizada en sus últimos metros. El puerto llevó a cabo en 2004 un proyecto de desvío y canalización de la desembocadura, que fue cubierta para que el recinto portuario pudiera ganar espacio para contenedores y nuevos viales y rotondas para el tráfico portuario. Las obras se realizaron sin estudio de impacto ambiental, pese a las denuncias vecinales y a las recomendaciones del Defensor del Pueblo.

Dos alternativas

Las alternativas para recuperar la llegada del viejo cauce al mar, a falta de un estudio en mayor profundidad, se reducen a dos: levantar las obras que hizo el puerto en la desembocadura, como proponía el diseño de Jean Nouvel-GMP que ganó el concurso de ideas para la ordenación del PAI del Grao y la marina real, o la alternativa más económica y «razonable» para el puerto que seria desviar la desembocadura (una vez más) hasta la dársena interior, actual Marina Real Juan Carlos I. Esto supondría volver al proyecto del plan especial del Jardín del Turia que diseñó en 1987 el arquitecto catalán Ricardo Bofill. Este plan contemplaba rematar el tramo final del río con un paseo de palmeras y una plaza de enlace con el puerto. Según este plan, el jardín del Turia no se prolongaba hasta la desembocadura el viejo cauce sino que desviandose buscaría una conexión con la dársena interior para ofrecer una salida al mar. El plan de Bofill aconsejaba destinar la dársena interior a uso cívico y recreativo en relación con el paseo marítimo.

La vuelta al plan Bofill es la opción que defiende el puerto de Valencia y que el alcalde no ve con malos ojos. El puerto aduce que no es viable por motivos de seguridad que la desembocadura del río acabe en una dársena comercial, a lo que los vecinos del entorno del puerto responden que la antedársena citada también podría cederse a la ciudad como compensación. El concejal de Urbanismo, el socialista Vicent Sarrià, por su parte considera que la opción de recuperar el tramo del río que el puerto cubrió en 2004 es «factible» y recuerda que para la Copa del América se abrió un nuevo canal para dar salida directa al mar a la dársena interior.

Los vecinos de Natzaret, el barrio más castigado por la expansión del recinto portuario, llevan años reivindicando el parque de desembocadura que se les prometió en el convenio puerto-ciudad de 1986 para compensarles por la pérdida de su playa. Tras años de incumplimientos, los vecinos están ahora a la expectativa. Valoran la insistencia del alcalde, Joan Ribó, en recuperar la salida del río al mar, pero consideran como mejor opción el proyecto del delta verde de Nouvel. Nouvel propuso para el Grao edificios en altura para liberar el máximo de suelo para zonas verdes.

El prestigioso arquitecto francés planteaba recuperar la desembocadura histórica a través de un gran «delta verde» que se adentraba en el muelle de Poniente (suelo portuario y ocupado por industrias) y en las dársenas comerciales y que conectaba a través de canales navegables con la marina real.

El plan urbanístico coordinado por José María Tomas que desarrolla los diseños de Nouvel y el despacho alemán GMP para la marina y el PAI del Grao ganadadores de un concurso de ideas impulsado en 2005 por el ayuntamiento está pendiente de la llegada de inversores interesados en su desarrollo. La negociación puerto-ciudad para la recuperación de la desembocadura obligará a redactar un nuevo plan urbanístico.

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