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Documentos desclasificados

La OTAN envió a tres espías a vigilar el puerto de Valencia en la Guerra Fría

Los archivos de la Alianza Atlántica revelan el seguimiento camuflado del tráfico marítimo por temor a que la URSS utilizara el puerto del «cap i casal» para boicotear rutas o comunicaciones en caso de conflicto

La OTAN envió a tres espías a vigilar el puerto de Valencia en la Guerra Fría

Tres espías de Estados Unidos y Francia recibieron órdenes de la OTAN para vigilar el tráfico de barcos de mercancías y viajeros que atracaban en el puerto de Valencia durante la Guerra Fría.

Documentos secretos de la Alianza Atlántica de los años 1951 a 1954, desclasificados y puestos al alcance público el pasado 16 de enero, revelan la creación de un Comité de la OTAN para el Control de la Marina Mercante en puertos sensibles para la seguridad del bloque atlántico.

En el acta fundacional de dicho comité, firmada el 30 de enero de 1951, se establece que en tiempos de paz „pues se esperaba el estallido de una guerra entre Estados Unidos y la Unión Soviética„ los «oficiales de enlace» destinados a controlar los puertos civiles señalados debían ocupar temporalmente sus puestos.

El objetivo de la misión era tejer una red de agentes (la mayoría de ellos infiltrados) destinados a controlar las rutas y las misiones de los barcos mercantes. ¿Por qué? La razón se explica por la psicosis bélica de la época: las potencias que conformaban la OTAN temían que, una vez comenzada la guerra, los soviéticos utilizaran estos puertos para sabotear rutas logísticas, interceptar comunicaciones de los aliados o sembrar el mar de minas para buques submarinos. El Mediterráneo era una zona de alto voltaje geoestratégico en el mundo bipolar que dividió el Telón de Acero. «El muro invisible», como lo llamó el politólogo Bichara Khader.

Camuflados en el consulado. En los países integrados en la OTAN no había problema. En cambio, para los Estados no alineados y neutrales, como era en ese momento España (que no entró en la Alianza Atlántica hasta 1982), los agentes secretos destinados a la vigilancia del tráfico marítimo civil podían figurar como personal camuflado dentro del cuerpo consular del país correspondiente (Estados Unidos o Francia, en el caso de Valencia), según figura en los documentos. Por ejemplo, que aparentaran ser asesores navales del consulado americano o francés. Había que dar una cobertura diplomática para un trabajo de espionaje.

Si el país era muy amigo y se le presuponía aliado en una hipotética guerra, las intenciones de monitorización marítima podían comunicársele a su Gobierno, aunque no era necesario. Los papeles no indican si la España de Franco, también anticomunista como EEUU, conocía o no estos planes secretos de la OTAN.

Todo ello figura en estos documentos mecanografiados, ahora desclasificados, que originalmente recibían la clasificación de «Cosmic Secret», que luego fueron rebajados a «Confidential», después a «Restricted», posteriormente a «Unclassified» y que este año han pasado a «Desclassified-Public Disclossure»: desclasificados y de dominio público.

Preparados para la guerra. El 24 de enero de 1952 se decide qué países de la OTAN serán los encargados de planear las acciones en cada puerto. Para los puertos españoles (Valencia, Barcelona, Palma, Bilbao, A Coruña, Cádiz y Las Palmas) se acuerda que todo lo planee y ejecute el ejército de Estados Unidos. Diez meses después, un informe del 28 de noviembre de 1952 estipula que serán tres los oficiales que se desplacen al puerto de Valencia en esta misión (aunque originalmente sólo se había previsto uno). Dos agentes proceden de Estados Unidos y uno de Francia, según los documentos de la OTAN consultados y analizados por Levante-EMV.

Al cabo sólo de un mes y medio, el 15 de enero de 1953, este Comité de la OTAN para el Control de la Marina Mercante establece que «cuando comience la guerra» se desplacen a Valencia tres oficiales más. En total, en caso de estallar un conflicto bélico, iban a controlar la marina mercante en Valencia seis espías de la OTAN: tres de Estados Unidos y otros tres de Francia.

Después de Barcelona (donde se destinarían ocho agentes cuando estallara la III Guerra Mundial), Valencia era el puerto español con más espías vigilando el tráfico marítimo. Hay que tener en cuenta que en 1952 ingresaron en la OTAN Grecia y Turquía, con lo que el Mediterráneo se convertía en el centro de gravedad de la amenaza marítima. Valencia cobraba importancia como punto de vigilancia.

«Mínimo retraso». Como es sabido, la esperada y siempre temida guerra no estalló. Es difícil saber hasta cuándo estuvo en funcionamiento aquel Comité de la OTAN para el Control de la Marina Mercante porque ese dato no aparece entre los documentos desclasificados. Respecto al despliegue efectivo de los «oficiales de enlace» „un eufemismo para denominar a los espías„ hay dos datos reveladores: el acta fundacional del comité establecía de un modo tajante que había que estar desplegados en tiempos de paz para estar preparados para la guerra. Habían de conocer el terreno antes de que la misión fuera realmente crucial.

Existe otro documento desclasificado que parece concluyente. El 10 de junio de 1953, el Comité de la OTAN para el Control de la Marina Mercante recuerda que es responsabilidad de las naciones „el despliegue en Valencia había sido asignado a Estados Unidos, el más interesado en extremar precauciones frente a los soviéticos„ poner en marcha el plan de control de barcos mercantes en los puertos señalados. «Con el mínimo retraso», ordena el comité en la página 11 de dicho documento. Caben pocas dudas de que, con un mandato tan claro y siendo Estados Unidos el responsable, el despliegue de los tres espías de la OTAN fuera efectivo en el puerto de Valencia.

Tareas de espionaje. Entre los cometidos de los agentes infiltrados de la Alianza Atlántica que investigaban el tráfico civil figuraba anotar la información relativa a la fecha y hora de salida de las embarcaciones controladas; la ruta a seguir; la velocidad del navío; la reglamentación relativa al camuflaje o la extinción de luces; las precauciones contra los sabotajes; las comunicaciones en alta mar a simple vista o por radio (incluido el silenciamiento del radar o la radio); cuestiones relativas al armamento; los convoyes; las operaciones de salvamento; los desvíos; y los medios para evacuaciones.

En total, el Comité de la OTAN para el Control de la Marina Mercante designó 119 puertos para que fueran vigilados en países neutrales y aliados que quedaban fuera de la OTAN. Indochina, Somalia, Indonesia, Israel, Sudán, Australia, Turquía, Cuba, Nicaragua, Costa Rica, Líbano, Pakistán, Japón, Filipinas, Corea? A varios puertos de unos 40 países iban destinados oficiales de países OTAN en labores de investigación. Y el puerto de Valencia figuraba, dentro de la zona 4, en ese mapa sensible de la Guerra Fría.

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