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Patrimonio y turismo

Tras los pasos del grial

Una ruta impulsada por el ayuntamiento y el arzobispado señalará cuatro hitos: el palacio real, el Temple, la iglesia de San Lorenzo y la Seo

Tras los pasos del grial

La posibilidad de que Valencia cuente con una ruta del santo cáliz empieza a tomar forma tras las reuniones que han mantenido recientemente el ayuntamiento con el Arzobispado y la Agencia Valenciana de Turismo ante la inminencia de la celebración del año jubilar del Santo Cáliz, que arrancará el próximo 29 de octubre. El Arzobispado, que custodia la reliquia desde el siglo XV, y el ayuntamiento, tienen previsto poner en marcha de manera conjunta un circuito urbano, con distancias asequibles y que discurre en su mayor parte por zonas peatonales, con cuatro hitos para señalar los pasos del vaso de la Última Cena. Para dar a conocer la ruta el ayuntamiento encargará folletos que se difundirán en las oficinas de turismo así como cartelería y rotulación para señalar los lugares relacionados con el grial.

La ruta arrancará en el Palacio Real, donde la reliquia estuvo depositada varios años como pieza destacada del relicario de los reyes. Fue el rey Alfonso V el Magnánimo quien llevó en 1424 el relicario al palacio real de Valencia. Esta magna residencia fue derribada en 1810 durante la Guerra de la Independencia. El palacio real se construyó tras la conquista de Valencia sobre la almunia o finca de recreo del último rey árabe de Valencia. En la actualidad, del palacio real, conocido como el de las 300 llaves por tener esa cantidad de estancias, solo quedan sus jardines (del Real o Viveros).

Las ruinas del edificio se sacaron a la luz hace unos años a raíz del hallazgo en un archivo de París de los planos del palacio de 1802 a través de los cuales se ha podido conocer con todo lujo de detalles como era este imponente edificio. Las ruinas arqueológicas del palacio se pueden ver, en parte, dentro del jardín de Viveros, si bien su estado de conservación deja mucho que desear. Las ruinas están cubiertas de maleza y no se ha puesto en servicio el centro de interpretación del palacio que en su día se anunció.

A pocos metros del Palacio Real, cruzando el puente del mismo nombre, se encuentra el segundo hito del circuito del grial. Es la iglesia del Palacio del Temple, ubicado en la plaza del mismo nombre, sede de la Delegación de Gobierno, un edificio de estilo neoclásico declarado Bien de Interés Cultural y cargado de historia. La leyenda le atribuye incluso un fantasma. El Palacio del Temple actual fue levantado entre 1761 y 1770 por orden de Carlos III tras el terremoto que asoló el viejo complejo conventual de la orden de Montesa, construido por los templarios sobre la fortaleza y torre de Ali Bufat, donde fue izado el pendón real tras la conquista de Valencia. La ruta quiere explotar en este punto tanto lo simbólico de esta iglesia por haber estado allí la puerta por la que el conquistador entró en Valencia como por su vinculación con los caballeros de la orden del temple, los guardianes del grial.

El tercer hito en el camino del grial está en la calle Navellos. Es el convento y la iglesia de San Lorenzo. La elección de esta edificio como siguiente parada en la ruta se debe a la relación de San Lorenzo con la reliquia pues fue este diácono el que la trajo a Huesca por encargo del papa Sixto II para salvar el grial de la persecución ordenada por el emperador Valeriano. El arzobispado quiere «dar vida» a la iglesia de San Lorenzo, que tiene «un culto muy reducido», pero sobre todo al convento de los Franciscanos, cerrado y sin uso desde que los monjes de este cenobio se reagruparon en el de Russafa.

La ruta acaba en la catedral de Valencia, en la capilla del Santo Cáliz, donde se venera en una hornacina de cristal blindado el santo cáliz, el único de todos los calices que hay repartidos por el mundo que el Vaticano reconoce como el más auténtico posible. De hecho dos papas (Juan Pablo II y Benedicto XVI) han oficiado misa con el. La reliquia valenciana recibió el año pasado el espaldarazo definitivo del Vaticano, al conceder a la ciudad la celebración de un año santo jubilar del Santo Cáliz a perpetuidad, un evento que la anterior alcaldesa, Rita Barberá, quiso rentabilizar turísticamente y cuyo testigo ha recogido ahora el concejal de Turismo, el socialista Joan Calabuig, cuya implicación en la promoción del grial tendría que verse plasmada en los presupuestos municipales que prepara el gobierno del tripartito (Compromís, PSPV y Valencia en Comú).

Uno de las trabas para el impulso del Santo Cáliz es la visión estrictamente religiosa que tiene el Arzobispado de Valencia de la reliquia. La Iglesia no quiere frivolizar con el vaso eucarístico y se muestra reacia a potenciar el lado más misterioso y esotérico de la reliquia. Así el Arzobispado no se avino a que el grial saliese de la Catedral para la exposición que se organizó este año en el Almudín, pese a encontrarse a solo unos metros, y que sin duda hubiera dado mayor atractivo a la muestra, donde se exhibió una réplica. El Arzobispado y el Ayuntamiento, junto con la Agencia Valenciana de Turismo, parecen decididos ahora a colaborar para promocionar el grial. El Arzobispado inaugurará el año jubilar el 29 de octubre y ya ha mandado notificaciones a todas las parroquias para que insten a los fieles a peregrinar a Valencia para obtener las indulgencias del año santo.

Hay además abierta una línea de colaboración aún por concretarse para enlazar la ruta aragonesa del grial con la Valencia que partiría en Barracas y pasaría por Viver, Jérica y Valencia.

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