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Pequeños tiranos

Las agresiones de hijos a padres se disparan

Un 80 % de los casos que se tramitan en las guardias de la Fiscalía de Menores son por violencia en el ámbito familiar - En 2014 se abrieron 658 expedientes en Valencia

Las agresiones de hijos a padres se disparan

Una adolescente de 17 años. En apariencia una «buena chica», sin problemas en el instituto e incluso considerada por sus compañeros como un tanto introvertida. No obstante, en el interior de las cuatro paredes de su domicilio, se transforma. Sus padres, las personas a las que les debe la vida y que se preocupan a diario en darle todo aquello que necesita son víctimas de su agresividad. Tienen que soportar sus insultos, su actitud desafiante y en ocasiones la violencia física. «No duele el empujón o el golpe en sí, sino ver que ya no puedes controlarla, que para ella somos una mierda», se lamentaba una madre valenciana que decidió denunciar finalmente a su propia hija el pasado verano para tratar de poner remedio a un problema que se ha convertido en los últimos años en una «lacra social que va a más», según el informe de la Fiscalía General del Estado.

Por desgracia, este caso es solo uno de tantos otros que se denuncian a diario y de aquellos que nunca llegan a los tribunales porque ninguno de los progenitores se atreve a dar el paso, en la falsa creencia de que ello incrementara la ira y el odio de sus hijos hacia ellos. «Al principio pensé que me odiaría siempre por ello, pero creo que ahora lo ha entendido y está más calmada», explica la mujer, cuya hija sigue viviendo junto a ellos en el domicilio familiar al no solicitar medida cautelar alguna.

Este incremento en el número de casos de hijos que agreden a sus padres se observa claramente en el trabajo diario de la Fiscalía de Menores de Valencia. «En las guardias de menores el 80 por ciento de los casos que nos llegan son de violencia de hijos sobre sus padres», asegura Consuelo Benavent, coordinadora de la Fiscalía de Menores del TSJCV. De hecho, el pasado año 2014 se tramitaron un total de 658 diligencias por violencia en el ámbito familiar en los juzgados de menores de Valencia. Aunque en estos datos también se incluyen las agresiones entre hermanos y a las parejas sentimentales de los propios menores, la mayoría de ellos son realmente de hijos a padres, insistió la fiscal a la vez que aclaraba que en estas estadísticas no se incluyen aquellos hechos que han sido tramitados como un delito o una falta de lesiones y que también serían violencia contra los progenitores.

Por edades, en el caso de los menores de menos de 14 años, inimputables penalmente, en la provincia de Valencia se abrieron durante el 2014 un total de 61 expedientes. Aunque dichas diligencias se archivaron automáticamente, los informes se remiten a la Entidad Pública de Protección para que trabajen con el caso en cuestión los asistentes sociales. «Al tener menos de 14 años son menores con los que no se puede intervenir ni adoptar ningún tipo de medida judicial. Lo archivamos porque la Ley nos lo impone pero emitimos un informe a la Entidad Pública de Protección, aunque debe haber siempre una implicación de la familia para poder trabajar con los padres», argumentó Benavent.

Asimismo, en el caso de menores de entre 14 a 16 años se tramitaron 298 diligencias por violencia en el ámbito familiar y 299 más en la franja de edad comprendida entre los 16 y los 18 años, según los datos de la provincia de Valencia de la memoria de la Fiscalía de 2015.

¿Por qué ha aumentado?

Sobre los motivos a los que se debe este incremento en el número de los llamados «hijos tiranos», la coordinadora de menores de Valencia no es capaz de encontrar una explicación. «Es cierto que la gente denuncia más. Antes muchos padres eran muy reticentes a denunciar a sus hijos. Se culpabilizan y se preguntan que han hecho mal. Pero si supiésemos cuáles son las causas que generan este tipo de delincuencia trataríamos de ponerle solución», explica Benavent.

Asimismo, sí que reconoce que cada vez «los padres son un poco más permisivos», pero que en este tipo de delitos influyen muchos factores. «La adolescencia es una etapa de la vida muy complicada. Las compañías, el absentismo escolar o el consumo de drogas influyen, pero estas acciones no siempre tienen porqué ir asociados a otro tipo de delincuencia u otras carencias», argumenta. «Hay casos en familias perfectamente estructuradas en las que son a lo mejor tres hijos, que han recibido la misma educación, y solo uno de ellos presenta este problema.

Del mismo modo en ocasiones se tratar de trastornos de la conducta o adaptativos. Por ello es conveniente que si a edades muy tempranas ya se manifiestan estas actitudes violentas la familia tiene que intervenir, según Benavent. «En caso contrario el menor se va reafirmando en su conducta y se convierten en pequeños tiranos».

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