Levante-EMV

Levante-EMV

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Entrevista

Rosita Amores: "En los sesenta ya bailábamos en bikini y con un brochecito en el ombligo"

La vedette lleva muchos años de revista en Valencia, una ciudad de la que está enamorada y que conoce a la perfección tanto de día, como de noche

Rosita Amores: "En los sesenta ya bailábamos en bikini y con un brochecito en el ombligo"

La veo estupenda.

No me hables de usted, cariño, que ya nos conocemos€

¿Artista o vedette?

Artista. Vedette vino después de pasar por la academia de baile, cuando empecé con los numeritos.

Numeritos inolvidables para varias generaciones.

Claro, empecé con 12 años bailando español en la academia que estaba al lado del Teatro Principal, con el maestro Carbonell.

¿Cómo era aquella Valencia?

Llena de teatros€ El Alkázar, Ruzafa, Principal, Apolo, el de los Obreros, el Talia que se abrió después€ Con funciones todos los días.

¿Todos?

En el Alkázar no descansábamos ningún día. Empezábamos a las tres de la tarde, cuando teníamos ensayo y a las cinco menos cuarto ya hacíamos la primera función. Luego a las siete menos cuarto, la segunda y la última a las once de la noche. Tres funciones.

¿Las tres llenas?

Los teatros estaban a tope. El Ruzafa con Gracia Imperio y Luis Cuenca, cuando «Las alegres chicas de Colsada», reventaban, ¡habían unas colas€!

Ahora tres funciones serían consideradas acoso laboral.

Los artistas entonces también se quejaban, pero cuanto más funciones, más se aprende. Años después protestaron por dos funciones, y ahora tienen un par de días de descanso y una función diaria.

¿Por qué perdimos aquellos teatros?

No lo sé€

¿Dejó de ir el público?

¡Qué va!, después del teatro había muchos cabarets con chicas de alterne, ¿cómo se llamaban?€ Ah!, clubes de chicas. Venían de todas las partes a trabajar a Valencia.

¿Un club de la calle Dénia se llamaba Rosita Amores?

Tenía chicas trabajando, pero sin reservados, ni nada. Había una barra con todas las señoritas de largo.

Cuanto tiempo si oír la palabra «reservado». ¿El club estaba abierto muchas horas?

Desde las cinco de la tarde hasta las dos o las tres de la mañana.

Tanta marcha había en esa Valencia de blanco y negro, repleta de procesiones€

Yo también iba a misa, ¿qué tiene que ver?

Mujer, por el nacionalcatolicismo€

Quien quería trabajar por la noche no tenía problemas. O bien de puta, con perdón, o limpiando, o de chica de conjunto, pues habían muchos ballets y muchos conjuntos.

Las chicas trabajaban hasta que se casaban, ¿no?

Muchas se casaban con extranjeros. Fíjate si se trabajaba, que cuando venían barcos americanos, a las dos de la tarde abrían los cabarets.

¿El cine de destape mató a las variedades?

El destape lo trajo a Madrid la argentina Ethel Rojo, a principios de los sesenta. Tenía un tipazo de escándalo, desde entonces salíamos en bikini y en el ombligo llevábamos un brochecito. Cuando venía la censura nos poníamos un volantito, una plumita o algo.

¿Le perseguiría la censura?

Claro€(ríe). Cuando venían, como eran conocidos, nos ponían una luz roja que se veía desde el escenario y el regidor se acercaba lo que podía para susurrar: «la censura€».

Tendría muchos problemas.

En una función, con cinco inspectores en un palco, se me rompe el tirante del sujetador cantando el Ponle menta. Como ese número gustaba mucho, el público insistía: «¡otra vez!, ¡otra vez!», porque pensaban que se me caería el otro tirante para enseñar las tetas€ Lo repetí cinco veces. Nada más bajar del escenario oí: «¡Amores, al despacho!», y como iba con bikini dije: «ven ustedes a mi no se me ve nada (ríe), se ha roto y no tengo culpa». Y el empresario me dijo: «anda vete, vete Rosita que ya lo arreglar逻.

¿Cuántas multas pagó?

Muchas, pero pagaba la empresa.

¿Ganaba mucho dinero?

¡Qué va! Lo que ganaba era para hacerme ropa, la empresa no pagaba entonces el vestuario de la vedette. Lo que he ganado luego lo he perdido.

¿Cuántas veces le han pedido matrimonio?

¡Qué collons matrimonio, querían acostarse conmigo!

No me creo que nadie le pidiera casarse.

Si había uno€pero era muy vergonzoso€

Es que da miedo, sobre todo cuando empieza a meterse con los hombres durante el espectáculo.

Eso, en el escenario, en la calle soy otra. Cuando escucho la música, no me acuerdo de padre, ni madre, ni hijo, ni espíritu santo.

¿Cuántos famosos han ido a verla?

Gente importantísima, que entonces ya era, pero venían de incógnito. Nunca pensé que me iba a salir un novio cura€

¿Qué piensa de los hombres?

Hay algunos que son indeseables€

¿Lo dice por la violencia machista?

En mi época ya se pegaba a las mujeres, pero más de escondido. De pequeña tuve una experiencia muy fea€ pero ya lo contaré en el libro.

¿Cuándo?

Está mi hija con toda la historia. Pero hasta entonces no hablo, y si lo hago será con nombres supuestos.

¿Pero si algunos estarán ya muertos?

Pero hay familiares.

¿Su noche más loca?

Me divertí muchísimo en aquel espectáculo «Amores contra el sida». Me hicieron una capa de lacitos con el símbolo antisida€ Sabes que quiero muchísimos a los panameños€

¿Panameños?

Los que me conocéis sabéis que no les llamo gais, sino panameños como decía mi marido, Giovanni que sabéis que era italiano y capitán de barco.

¿Se siente reconocida?

A mí me quiere todo el mundo. No hay nada como Valencia.

¿Cómo ve la ciudad?

Muy bonita, pero se han gastado mucho dinero para nada€ Ese puerto podían aprovecharlo más, ¿pero para qué tantos duros para la copa esa de los barcos y lo de los coches, si el puerto no se ve?.

¿Y la noche?

Veo mucho botellón. Que beban lo que quieran, pero dentro de un local, de una discoteca, pero en la calle molestan mucho a la gente.

Algunos vecinos también se quejan de los locales y las discotecas y enseguida llaman a la policía.

Faltan locales para los jóvenes. A mí me hubiera gustado montar un café teatro, pero vale mucho dinero aguantarlo, módulos, impuestos, intereses€

¿Se arrepiente de algo?

De nada.

No hay chicas que hayan seguido su camino€

€ Tampoco hay academias de baile..

Ni sitios para actuar.

Cierto, porque para ser una vedette primero tienes que saber bailar, cantar e interpretar en público.

¿Rosita Amores no para?

Me vienen a buscar. El otro día vino una televisión, pero no estoy de acuerdo con lo que me iba a pagar€

Mi tren ya ha pasado.

Pero si todavía hace bolos.

Menos. No hay dinero, y no hay bolos, aunque yo he trabajado con ayuntamientos, diputación o la Generalitat, que nos pagan a la semana o así.

¿Qué piensa de las chicas que se han operado los pechos?

Me parece bien, porque al hombre le gustan mucho las tetas.

¿Cómo le gustaría que le recordáramos de aquí cien años?

Rosita Amores, la de la Venta.

Compartir el artículo

stats