La mayor obra de ingeniería jamás construida en la comarca de la Ribera cumple dos décadas a pleno rendimiento. Aunque no quedó inaugurada oficialmente hasta entrado 1996, el embalse estaba ya en funcionamiento en 1995 para atenuar los efectos de la sequía.
Veinte años después, el guardián de la Ribera sigue siendo un perfecto desconocido para la mayoría de los vecinos de la comarca. El alcalde de Sumacàrcer, uno de los municipios más afectados por el derrumbe de la antigua presa hace ahora 33 años, y presidente de la Mancomunitat, Txema Peláez, ponía estos días voz a ese sentimiento: «La Ribera aún lo siente como un enemigo, mientras para el resto de pueblos de España que tienen pantano es un aliado».
Treinta y tres años después del desmoronamiento de la antigua presa, la Ribera aún no ha olvidado aquel octubre de 1982. El ingeniero y director de las obras, José Luis Utrillas, admite que, efectivamente, la culminación de su obra pasa por mejorar el conocimiento que sobre la infraestructura tiene la población en una comarca tan sensible respecto al agua y el Xúquer como la Ribera.
De esa filosofía nace el centro de interpretación del agua, instalado en lo alto de la presa, en el mirador que cuelga bajo el puente del aliviadero, y que aspira a convertirse en un elemento didáctico, de dinamización y puesta en valor de de los recursos de la presa y el río.
La Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) asegura que desde que abrió la presa unas cien mil personas, todas en visitas concertadas, han entrado en el embalse.
Pero los alcaldes de la zona creen que no se hace lo suficiente y reclaman una mayor difusión y conocimiento del embalse y sobre todo un mayor esfuerzo para su aprovechamiento turístico. Hoy, las áreas recreativas de Tous y Antella, con excelentes vistas sobre la presa y nacidas de la remodelación medioambiental de los terrenos usados como canteras durante la construcción, siguen uso público 20 años después.
Y pese a las reclamaciones de municipios como Sumacàrcer, Tous, Antella o Gavarda, ubicados en ambas márgenes, para que los vehículos puedan circular por la carretera que corona la presa y faciliten la comunicación entre las distintas zonas de estos términos, la CHJ se muestra, de momento, reacia por razones de seguridad.
Y es que la presa tiene un alto valor estratégico y, por ello, otras misiones que cumplir. Es la encargada de abastecer de agua potable a un millón y medio de habitantes que residen en Valencia, su área metropolitana y Sagunt y proporcionar riego a más de 50.000 hectáreas de cultivos en la Ribera y l´Horta. En estos años de funcionamiento ha gestionado 1.500 he tómetros en caudales.
La gran muralla que corta el paso del Xúquer en el tramo final de su recorrido es una imponente mole que mide algo más de un kilómetro de longitud en su coronación y tiene 135 metros de altura desde sus cimientos.
Con todo, la singularidad del pantano no radica en sus dimensiones sino en su modo de explotación poco habitual ya que llegado el momento de máximo riesgo „entre septiembre y noviembre„ las normas de explotación obligan a dejar sus reservas al mínimo, no más de un 20% para quedar en disposición de laminar las avenidas.
Ello ha provocado un conflicto con los regantes que consideran que la presa está preparada de sobra para almacenar en épocas de riesgo por encima de los cien hectómetros. Este año ha sido necesario desaguar parte de las reservas ante el disgusto de los usuarios del río que ven como salen los recursos de Tous pese a la grave sequía. Pero la CHJ responde que la explotación de la presa la regulan unas normas que tienen que cumplirse.
Más de un millar de dispositivos se reparten por toda la presa y puntos estratégicos para registrar en todo momento las constantes vitales de la presa y ofrecer al centro de control información relevante que señale el comportamiento de esta infraestructura tan compleja.
Hoy, el control de toda la instalación está informatizado. El centro de control es el punto que permite hacer un seguimiento en tiempo real de toda la información esencial para la gestión de la presa y permite la visualización conjunta de los caudales de salida de la presa y la posición de todas y cada una de las válvulas y compuertas.
Desde hace unos años también se pueden dirigir por telemando las compuertas de regulación del desagüe intermedio, el de fondo y el estanque de regulación. Incluso se han programado las instrucciones necesarias para automatizar el funcionamiento de cada órgano de desagüe. Muy lejos de aquel 1982 cuando fue imposible abrir las compuertas y dejar pasar el agua para evitar el desmoronamiento de la presa. Aquel día la presa se quedó sin luz y el grupo electrógeno inundado. El resto es historia.
